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“‘Sara Bisshopp’ muestra que cualquier persona puede cambiar su rumbo”

   
Eva Violán publica su primera novela ambientada en Tenerife. / PATRI CÁMPORA (LA CASA DE LA PLAYA) (AMBIENTE:  Pizzería la ecológica)

Eva Violán publica su primera novela ambientada en Tenerife. / PATRI CÁMPORA (LA CASA DE LA PLAYA) (AMBIENTE: Pizzería la ecológica)

VERÓNICA MARTÍN | Santa Cruz de Tenerife

Eva Violán puede quedar después de las nueve de la mañana pero a las doce ya no. Es la hora en la que deja a sus hijas y recoge a sus hijas en el cole. Me siento tan identificada que no puedo dejar de sonreír empáticamente durante nuestra conversación telefónica para quedar y hacer esta entrevista. “Es una madre”, pienso. “Como yo”, me replico interiormente. En realidad, como muchas mujeres que compaginan su vivencia maternal (no labor, ni función… que es otra cosa) con la de trabajadora. Ella es escritora. Acaba de publicar Sara Bisshopp, una novela donde su mirada de madre y de mujer se ha convertido en un argumento central. Eva pide permiso para fumar y confiesa que le encantaría dejar el tabaco, pero que no sabe muy bien cómo. Cuenta que una de sus hijas le pregunta: “¿Por qué fumas, mamá?”, a lo que ella responde: “Porque soy tonta”, y su hija se enfada diciendo: ‘No eres tonta’. Y por supuesto que no lo es. Además de madre, fumadora y escritora, es tímidamente valiente y ha sido capaz de cumplir su sueño: ser novelista.

-¿Cómo es eso de que usted soñaba con ser escritora?
“Siempre quise ser escritora. No recuerdo que que ocurriese en un momento dado. Hace poco me escribió en mi blog una profesora de mi infancia diciendo que recordaba que la última vez que me había visto terminaba mi etapa de infantil y pasaba a EGB y que ya en esa época yo tenía claro que quería ‘escribir y viajar’ cuando fuera mayor. No me imaginaba que quisiera ser escritora antes de saber escribir”.

-Era de esas niñas pegada a un libro…
“Siempre me gustó leer muchísimo. Desde que aprendí no he parado. Llegué a tener problemas y a suspender muchas asignaturas por eso. Incluso, mis padres me castigaran con no leer y eso que mi madre es profesora”.

-Asegura que llegó a “sospechar que en otra vida anterior fuera una dedicada escribiente metida en una biblioteca de algún castillo perdido” y que “adoraba la caligrafía”. ¿Por qué?
“Cuando creces, es cuando te planteas que esta pasión tenía que venir de otra vida y que tiene que ser casi genético porque es vocacional completamente. Siempre me llamó la atención todo lo relacionado con las letras. Pasaba mucho tiempo probando letras distintas, me apasionaba todo lo relacionado con la literatura. Con algo así, te pasas muchos años pensando ‘qué puedo escribir yo que no se haya escrito antes’. Es algo que tenía flotando en mi cabeza”.

-Sin embargo, es algo que dejó ahí flotando… y se dedicó a los negocios y a la maternidad…
“Cuando yo llegué a los 18 años para entrar en la Universidad, la única carrera relacionada con esto era Periodismo pero había que irse fuera y al pertenecer a una familia numerosa, estaba claro que no podía irme a estudiar fuera. Así que me metí en Derecho y duré tres semanas porque no era lo mío, luego cursé Turismo y me puse a trabajar…”.

-¿Pasó años sin escribir?
“Sí, escribía pequeños relatos y poesía pero solo para mi y me dediqué al mundo de los negocios: empecé por el Turismo y seguí en la empresa familiar que es la inmobiliaria…”.

-Hasta que llegó la crisis… supongo que la económica y la personal…
“El sector inmobiliario fue uno de los primeros en caer. De repente me ví pasar de no tener tiempo para nada porque estaba todo el día enseñando propiedades a no tener trabajo porque no había clientes a los que enseñar nada… Por el camino, había tenido dos hijas. De repente me veo en medio de la crisis, recién separada y que ninguna empresa quería a una mujer con dos bebés. Me veo sin ayuda, sin ingresos y con un trabajo en sus peores momentos. Sin duda, la peor época de mi vida a nivel laboral”.

-Y en medio de este tsunami… ¿centrarse en escribir un libro fue un salvavidas?
“De repente disponía de tiempo libre porque pasaba horas sin enseñar propiedades. En ese momento, me planteo que he tenido un sueño toda la vida que nunca intenté realizarlo porque, encima, tenía un factor en contra porque yo era muy tímida. Decido intentarlo porque es mi forma de ilusionarme con algo, ya que lo que estaba a mi alrededor era bastante triste y… sobre todo porque me llegó la idea”.

-¿Apareció Sara Bishopp? ¿Quién es?
“Tiene mucho que ver con todo lo que he vivido en esta última etapa de mi vida. No soy yo ni son unas memorias, tiene mucho de mi, me siento muy identificada con Sara y creo que muchas mujeres se van a sentir así porque es un mujer que se enamoró, se emparejó, tuvo dos niñas y, luego…”.

-¡Qué casualidad!
“No es casualidad porque la historia al principio la escribí pensando en mis dos hijas pero, luego, me salió una novela. Es el mensaje de una madre a sus hijas y de una mujer a la sociedad. La idea fundamental es que Sara es la princesa de todos los cuentos, pero la más real”.

-¿Quién es realmente Sara?
“Es una chica que con 30 años tiene una relación que no termina de ser la que esperaba. Es la historia de una mujer que, de repente, se empieza a decepcionar con todo lo que le rodea y ese despertar le viene después de la maternidad. Es un libro muy de madres y de mujeres. Sara va contando cómo se siente al tiempo que relata su propia historia”.

-¿Pasa también por una crisis?
“Sí, en todo el proceso desde que empieza la crisis va descubriendo, analizando y buscando la manera de salir adelante. Es una mujer que se descubre a sí misma luchando sin ser guerrera, porque ella no es la típica mujer fuerte de entrada”.

-Parece el retrato de miles de mujeres de entre 30 y 50 años que nos rodean…
“Yo me encontré con el mensaje cuando pasé ese momento de mi vida, empecé a encontrarme con muchas historias de mujeres que estaban pasando por lo mismo y recabé mucha información. Sara es un compendio de las historias de muchas mujeres. Sara tiene una feminidad muy sensible. De hecho, su nombre significa princesa en hebreo. El libro quería ser un compendio de sentimientos, no quería que fuera una novela con un lenguaje complicado. Está dividido en capítulos muy cortos pensando en esas madres que llegan cansadas y que no tienen mucho tiempo de leer. Cada capítulo tiene un cierre de cuento aunque no son episodios y como Sara Bisshopp vamos encontrando poesía suelta que ella escribe dentro del texto pero muy ligero”.

-¿Qué le han dicho sus lectores y, especialmente, sus lectoras?
“Intenté hacer un trabajo que fuera distinto. Me arriesgué recordando a Ernest Hemingway que decía que un escritor tenía que hacer algo que no hubiera hecho otro o hacer lo que otro había intentado pero fracasó. Quería aportar algo distinto a la literatura y, por ejemplo, dentro de todo el trabajo: la historia, el argumento y el mensaje, el texto tiene clave de cuento con un toque de realismo mágico. Además, la historia transcurre en Tenerife, entre La Orotava y La Laguna. Mis lectoras me han llenado de mensajes maravillosos. Me siento completamente feliz porque les ha gustado mucho. Me han escrito hombres diciendo que les ha encantado y que han descubierto una mujer distinta.Gusta en una amplia gama de edades y llega a distintas etapas. Todas las mujeres, hayan tenido esas experiencias o no, se sienten identificadas con Sara”.

-¿Todas somos como Sara?
“La novela trata de la realización de un sueño. Ella trata de buscar su sueño de una manera positiva. Mi objetivo final es que el lector pase por todos los sentimientos, como un trabajo psicológico. La obra trata mucho del cambio y del descubrimiento del gran engaño: las cosas no son como nos habían dicho. También habla de salir adelante y de que la persona más insignificante puede darle la vuelta a cualquier situación”.

-Su libro se realizó gracias al cofrownding, ¿cómo logró esas aportaciones para que la obra pudiera realizarse?
“Cuando terminé la obra, la envié a varios agentes editoriales y no tuve respuesta. Estábamos en plena crisis, cuando esperé los tres meses de rigor por alguna respuesta y no la hubo, no me desanimé. Pensé que estaba claro que yo era un negocio arriesgado para ellos porque yo no les aseguro ventas de ningún tipo. Entonces me dije que tenía que hacerme visible de alguna forma antes de que se interesaran en mí. Para ello usé el blog y las redes sociales. En una reunión familiar, mi hermano me propuso la fórmula de implicar a toda esta gente en la publicación del libro pagándolo de antemano…”.

-Y… comenzó otra aventura…
“La respuesta fue brutal porque yo vendía un libro que no existía. Luché durante un año de que ese sueño tuviera su hueco en las librerías”.

-¿Ese año también se convirtió en una experiencia vital?
“Absoluta. Descubrí el cariño de la gente que me apoyaba sin darles nada a cambio. Las redes sociales tuvieron un papel muy importante… Luego, decidí imprimir aquí en Nawy’s en Puerto de la Cruz y tuve la oportunidad de hasta elegir el papel y ver cómo sale el primer ejemplar oliendo a tinta… fue precioso. Conocí a Patri Cámpora que se implicó y me sacó las fotos de las contraportada se implicó, fue tan divina, y se prestó a sacarme la foto de la contraportada… me han pasado cosas maravillosas con este libro que ahora estará ya en todas las librerías de las islas. El 27 de noviembre haré una presentación en El Corte Inglés de Tenerife para que todos lo puedan conocer”.