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“Abriremos la piscina cuanto antes”

   
La piscina de Tasagaya está cerrada desde el 9 de septiembre. / SERGIO MÉNDEZ

La piscina de Tasagaya está cerrada desde el 9 de septiembre. / SERGIO MÉNDEZ

NORBERTO CHIJEB | Güímar

La piscina cubierta de Tasagaya, la única existente en el Valle de Güímar, sigue cerrada un mes después de que la concesionaria Cedaga-Olano echara el candado por lo que entiende una desocupación del Ayuntamiento, al no atender a las medidas de seguridad que la instalación requiere, algo que desde el Consistorio se desmiente, al señalar que la piscina ha funcionado correctamente durante los tres años que ha estado abierta y achaca el cierre a las pérdidas de la empresa al no alcanzar sus pretensiones económicas tras un concurso por el que apostó fuerte.

El Ayuntamiento de Güímar, ante el cierre unilateral de la concesionaria, que ha afectado a más de mil usuarios, decidió a mediados de septiembre abrir un expediente de rescisión de contrato que según la alcaldesa, Carmen Luisa Castro, “estará terminado por los técnicos jurídicos la próxima semana”. Mientras, Servicios Municipales ha realizado en la instalación las obras necesarias para la garantizar la seguridad en la zona de la caldera, tal y como requería en su día la concesionaria, obras que estarán terminadas también la próxima semana. Carmen Luisa Castro afirmó que no tiene conocimiento que la empresa Cedaga-Olano haya pedido un millón de euros por la rescisión del contrato -dinero que la concesionaria dice haber invertido en el equipamiento de la piscina- y advierte que todo eso se resolverá una vez se elabore el informe técnico-jurídico, porque insiste en que “la rescisión del contrato es un hecho”.

El director de la instalación, José Zebensui Quesada insiste que “al día de hoy es el propio Ayuntamiento el que nos adeuda dinero a nosotros y no al revés como pretenden hacer creer”. Hay que recordar que la empresa tenía la obligación de invertir cada año 150.000 euros en la instalación, algo que según sus representantes han sobrepasado con creces en los tres primeros años, al desembolsar 688.000 euros para ponerla en funcionamiento una vez fuera inaugurada en junio de 2011.

La alcaldesa apunta, finalmente, en la necesidad de que “la piscina esté abierta lo más rápido posible, aunque tengamos que hacerlo nosotros hasta que se convoque un nuevo concurso de adjudicación”, manifestó y sigue invitando a los usuarios a reclaman ante la OMIC, la devolución del dinero de los abonos por el cierre de la piscina que ya sobrepasa el mes, tras clausurarse el 9 de septiembre.