Desde niños se empeñan en enseñarnos que la felicidad significa compartir tu vida junto a alguien, formar una familia y pasar toda una vida juntos cueste lo que cueste. Miles de mensajes a través de cuentos de princesas, canciones actuales, donde nos invitan a buscar a esa supuesta media naranja que dará sentido a nuestras vidas y nos salvará de la soledad con mensajes tipo: “Te querré por encima de todo”, “prefiero morir antes de vivir sin ti”… ¡Por Dios! ¡Crecemos con el miedo a estar solos en vez de aprender a ser felices con nosotros mismos para luego poder serlo junto a otra persona! Con esta idea, ponemos el amor por encima de todo incluso, de nosotros mismos ¿Quieres priorizar el amor en tu vida? Bien, pero que sea el amor propio.
Seguramente somos muchos los que, guiados por el miedo a la soledad, nos dejamos llevar por esa atracción, idealización y locura de amor que sentimos cuando conocemos a alguien. Inmediatamente, sin a penas conocerlo y dejándonos llevar por nuestra parte emocional, pasamos a considerar a esa persona como imprescindible en nuestra vida, llegando incluso a dejar de ser uno mismo, prometiendo exclusividad, abandonando tu espacio, ocio, amistades. ¡Todo!, solo por pasar las 24 horas del día juntos. ¡Eso no es amar! Eso es depender. Amar simplemente significa equilibrio; sin más. Amor por elección y no por necesidad. Amor para compartir momentos y no para llenar vacíos. Amor respetando y aceptando la identidad de cada uno en vez de intentar hacerlo a tu manera. Y qué manía la de querer convertirse en uno… Somos dos y te amor por eso. El 2×1 lo dejamos para las rebajas. Luchar para que no quiera irse y no rogar para que se quede.
El amor no se mendiga. Para poder ser feliz junto a alguien, para conseguir un amor sano, primero tienes que esforzarte en conseguir ser feliz contigo mismo. Rellenar tus vacíos sin necesitar que aparezca alguien que lo haga. En una relación sana debe existir tres aspectos: erotismo/deseo; amistad/compañerismo; ternura /respeto. Tú te encargas de poner mayor o menor proporción a unas o a otras pero, las tres deben estar. Muchos no le dan importancia, pero el amor por necesidad, lleva consigo dolor y sufrimiento. Amor por dependencia es como una droga. Te haces adicto a alguien. Comienzas a hacer cosas que en realidad no quieres hacer tan solo por complacer a la otra persona. Te mueves por el miedo. Miedo al abandono. Y lógicamente, las rupturas son mucho más dañinas que cualquier ruptura en una relación sana ya que, realmente crees que se te va la vida en ello y no podrás superarlo nunca.
Cada vez son más los casos que acuden a consulta por el sufrimiento que les causa la ruptura de una relación de dependencia o el mantenimiento de una relación dependiente. El primer paso que hay que llevar a cabo es la aceptación del otro tal y como es. Llegar acuerdos para mejorar una convivencia pero nunca, y repito nunca, intentar que la otro persona sea como yo quiero que sea. Esforzarse en cubrir sus carencias y no esperar, y mucho menos, necesitar, que otro lo haga. Y es que, desde el momento que dejes tu felicidad en mano de otra persona ya no es amor. Es dependencia. Recuerda que la a esencia, personalidad de cada uno, es innegociable hasta por amor.
*PSICÓLOGA
tamraconsulta@gmail.com