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El Cabildo estudia traer arena de la costa africana para regenerar playas

   
Una de las playas que se ha puesto sobre la mesa es el caso de la de Martiánez, en Puerto de la Cruz. / M. P.

Una de las playas que se ha puesto sobre la mesa es el caso de la de Martiánez, en Puerto de la Cruz. / M. P.

JESSICA MORENO | Santa Cruz de Tenerife

A pesar de ser un territorio insular, Tenerife cuenta con varias playas artificiales o en las que, siendo naturales, se ha tenido que trabajar para hacerlas más atractivas al público. Sin duda, el sol y la playa son dos de los principales reclamos turísticos en la Isla, lo que hace inevitable la inversión en las zonas de baño. Las mareas o los temporales han causado que algunos de estos enclaves se hayan visto deteriorados y necesiten un impulso en su regeneración.

Por este motivo, el Cabildo insular, a través de su entidad Turismo de Tenerife, está trabajando en la rehabilitación de algunas playas de la Isla que necesitan una recarga de arena.

Para ello, se está estudiando la posibilidad de reponer arena de la propia Isla o importarla, siendo el continente africano una de las principales opciones, como ya ocurrió en la década de los setenta con Las Teresitas, cuya arena vino desde el Sáhara español. De hecho, según ha podido saber DIARIO DE AVISOS la entidad dependiente del Cabildo ha puesto de manifiesto la necesidad de regenerar varios enclaves costeros. Aunque el proyecto aún no está cerrado, existe la intención de rellenar la arena en varias playas. Entre ellas, se ha puesto sobre la mesa el caso de la playa de Martiánez, en Puerto de la Cruz, y la del Bahía del Duque (en las inmediaciones del hotel Riu Palace), en Adeje, aunque aún se está analizando los enclaves concretos en donde se actuará. Además, se está trabajando en redactar un convenio que suponga la implicación , no solo del Cabildo, sino de los ayuntamientos de la isla y la Demarcación de Costas.

Los estudios van en dos vertientes, ya que las playas del sur de la Isla no son iguales a las del norte. Así, mientras en estas últimas habría que primar arena negra, en la zona sur hay que apostar por la dorada, por lo que la procedencia, previsiblemente, no será la misma. Las fuentes consultadas insisten en que no se trata de un procedimiento fácil, ya que son necesarios -al menos en el caso de que la arena proceda de la Isla- informe de impacto medioambiental, algo que podría retrasar la ejecución de la regeneración.

Precisamente por ello, aunque resulte más costoso desde el punto de vista económico, se está planteando la posibilidad de acudir a África en busca de la arena. Teniendo en cuenta las buenas relaciones existentes entre el área insular de Acción Exterior y diferentes países del continente vecino se está barajando esta posible colaboración.

Aunque todavía no hay fecha cerrada, la idea es poder empezar los trabajos el próximo año. Lo que está claro es que la Isla vive principalmente del turismo, el cual visita Tenerife, sobre todo, atraído por las zonas de baño. Por ello, se hace necesario que estas presenten las mejores condiciones para su disfrute.

Las Teresitas fue de las pioneras

Una de las playas artificiales más conocidas -quizás la más- de Tenerife por recurrir a arena africana es la de Las Teresitas, en el núcleo de San Andrés, en Santa Cruz. A pesar de que en este enclave existía una playa natural de arena negra volcánica (que recibía los nombres de Tras la Arena y Las Teresas), en la década de los setenta se apostó por importar arena blanca del desierto del Sáhara para crear la actual zona de baño. De hecho, el Ayuntamiento realizó a principios de ese decenio el primer desembolso económico para traer el material y puso en servicio este enclave en 1973. Ya en 1998 la playa volvió a recibir arena sahariana, lo que costó otros 400 millones de pesetas.