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el rosario > causa penal por las inundaciones de tabaiba en 2010

El CIAT culpa a la TF-1, y el perito judicial a Cabildo y Ayuntamiento

   
Salida de barranco a una calle de Tabaiba. | DA

Salida de barranco a una calle de Tabaiba. | DA


Barranco hacia una calle. Tal como publicó en febrero de 2010 DIARIO DE AVISOS, en la riada el cauce central de Tabaiba estaba obstruido a su salida de la autopista, y entre este punto de la foto y la calle de España, por antiguas obras del propio Ayuntamiento. El Consejo Insular de Aguas minimiza su influencia en la riada, pero no así los denunciantes, para quienes, de haber cauce, el torrente no hubiera sido con tal virulencia aguas abajo. Lo cierto es que, personado este diario en dicho lugar, pudo comprobar al día siguiente del suceso cómo a la salida del túnel bajo la autopista constaba una señal con la advertencia de “Peligro: barranco encauzado”./ DA

VICENTE PÉREZ | El Rosario

La riada sufrida por Tabaiba en febrero de 2010 es motivo de una causa penal en el Juzgado de Instrucción número 1 de Santa Cruz de Tenerife, tras apreciar delito la fiscal de Medio Ambiente Inmaculada Violán, a denuncias del partido IR-Verdes. Ya se ha producido la declaración, como imputado, del gerente del Consejo Insular de Aguas de Tenerife (CIAT), José Fernández, que achaca lo ocurrido a la ampliación de la Autopista del Sur (TF-1). También menciona, pero no como factores relevantes, obras no realizadas en su día por el Ayuntamiento de El Rosario en el alcantarillado y en el barranquillo central, el de El Reguero.

Por el contrario, un perito judicial señala como responsable al CIAT, pues concluye que la TF-1 no fue en realidad la causa de la riada, sino la obstrucción de desagües situados entre el polígono de La Campana y Tabaiba, lo que llevó el agua hacia la autopista, así como la inexistente o defectuosa red de alcantarillado de esta urbanización y el taponamiento de El Reguero, de lo que responsabiliza al Ayuntamiento, todo lo cual acabó desviando un gran torrente por plenas calles de Tabaiba, que llegó al mar a través del edificio Playa del Moro, atravesando el interior de las viviendas y saliendo por sus balcones, en un episodio dantesco.

El gerente restó importancia al taponamiento de El Reguero, al punto de afirmar que “no tiene que ver con las inundaciones”. A preguntas de la fiscal sus respuestas fueron variadas en torno a este accidente natural. Primero, afirmó que en su día “no se tenía constancia oficial” de este cauce “al no estar inventariado” y que, en su labor en el CIAT, “lo primero fue determinar cuáles son los cauces”. Luego declaró que, en relación con una denuncia (“fundada, pero prescrita la sanción en 1999”) contra el Ayuntamiento por hacer un muro hace más de 20 años en la calle de España, “no había cauce” y “no era un cauce” sino “una vaguada”, “una cosa menor” entre la autopista y el mar. Y finalmente, cuestionado sobre un promotor al que se le obligó en ese punto a hacer un túnel de 2 metros de ancho por 1,5 de alto bajo su edificio, admitió que “sí” lo considera un cauce, y es “un barranquillo”.

Obras de emergencia tras la riada. | DA

Obras de emergencia tras la riada. | DA


Encauzamiento tras la riada. La foto muestra cómo el Ayuntamiento hizo obras de emergencia tras la riada, conectando el cauce que había taponado décadas antes, desde la salida por la TF-1 hasta el túnel que el CIAT había obligado a hacer a un promotor bajo su edificio junto a la calle de España, en el cauce del barranquillo. Las obras se realizaron después de que la fiscal, en su denuncia sobre estos hechos, advirtiera del peligro existente y de la necesidad de corregir cuanto antes esta situación. El agua proveniente de la autopista y la que bajó por El Reguero desde toda la urbanización formaron un torrente que puso en peligro vidas y bienes calles abajo. /DA

Cabe reseñar que en el Plan Hidrológico, en fotos antiguas y en el propio paisaje, se observa el cauce desde Tabaiba Alta; y que existe, en la boca de entrada del túnel bajo la TF1, ya desde antes de la riada, una señal de peligro con la leyenda “barranco encauzado”, pese a que a pocos metros desembocaba entonces en plena calle de Alemania. Fernández dijo no saber si esa advertencia la puso el CIAT o el Ayuntamiento.

De hecho, el gerente admitió que el CIAT en su momento “se aplicó a recuperar este “cauce” en todo lo que fuese posible, que había infracciones” y que, tras archivarse la denuncia contra el Ayuntamiento, por ser algo “muy antiguo y prescrito”, el organismo insular hizo “gestiones” ante el Consistorio para “promover el desvío de los restos de ese cauce aguas arriba de la autopista” hacia un afluente del barranco de Los Guirres, y se hizo “como obra municipal”. Esta versión choca de lleno con lo expuesto a los vecinos en una reunión pública convocada por el Ayuntamiento tras la riada por un técnico de Viatrio Ingenieros, empresa que elaboró un informe sobre el drenaje de la zona, y en la que dejó claro que el Consistorio había desviado con un muro el barranco antes de llegar a la TF-1 sin autorización del CIAT, y que esta obra ilegal fue eliminada con la ampliación de la autopista, de ahí que por allí bajara también agua hacia las calles de Tabaiba Baja. Conclusión que comentó en presencia del alcalde, Macario Benítez, y de la entonces edil de Urbanismo, Ana Lupe Mora, que no negaron estos hechos en la reunión, ni tras su publicación en DIARIO DE AVISOS en 2010.

El barranco de El Reguero, pese a estar taponado, no figuraba como punto de riesgo en el Plan Insular de Defensa frente a Avenidas, elaborado por el CIAT.

El gerente insistió en que el agua de Tabaiba Alta no pasó ese día por este barranco, al estar desviada al de Los Guirres, y que tampoco la de la autopista entró en El Reguero, pues éste, aseveró, tenía capacidad para evacuar el caudal que le llegaba. Sin embargo, luego señaló que “si no entró el agua [en este cauce] fue porque no estaban realizadas obras municipales”.
Por su parte, el perito judicial concluye que un caudal de 3,92 metros cúbicos por segundo, de los 16,33 que bajaron ese día por las calles de esa urbanización, “debió desaguar por el cauce del barranco de El Reguero, pero al estar este completamente anegado y eliminado en varios tramos, el agua evacuó en escorrentía por los viales de Tabaiba Alta y Media y fundamente Baja”.

El gerente, días después de este suceso, manifestó en este diario las deficiencias de la red de drenaje de Tabaiba y que así lo había advertido ya al Ayuntamiento. No obstante, en su comparecencia ante el Juzgado, y a preguntas de la acusación, manifestó que “la transcripción” que se hizo de esa entrevista “no es de las palabras que dijo” y que le han dado “varios disgustos”.

Sobre el desagüe del polígono de La Campana, Fernández manifestó que “la conclusión del perito [judicial] no es relevante ni correcta” y que había advertido en 2008 a la Consejería regional de Obras Públicas que podría haber un problema de drenaje en ese polígono por las obras de la TF-1, y que el Ayuntamiento de El Rosario, en 2007, así se lo había indicado a su vez al CIAT. Fernández dijo desconocer los motivos por los que no se drenó el agua que corrió por la autopista del Sur y opinó que los barrancos “funcionaron con normalidad” ese día.

Túnel en El Reguero. | DA

Túnel en El Reguero. | DA


Y el promotor que lo advirtió. Pese a las disquisiciones de la Administración sobre la importancia o no del cauce central, Julio Caínzos lo tuvo claro: a él, promotor de un edificio, el CIAT le obligó a canalizar un tramo del cauce de El Reguero con un túnel de 2 metros de ancho por 1,5 de alto, pero no hubo igual exigencia con el Ayuntamiento en un tramo cegado por el propio Consistorio hacía años, y eso que advirtió por escrito de este riesgo antes del suceso. Después de las inundaciones, este diario entró en este túnel de la mano de dicho empresario, y corroboró cómo este encauzamiento se interrumpía allí donde debía conectarlo el Consistorio. / DA