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Ética en el deporte – Por Abel Román Hamid Alba*

   

¿Cómo se puede educar en valores a través del deporte si los dirigentes son unos irresponsables y, algunos, supuestos protagonistas de delitos penales? El 23 de julio del 2014 fui elegido democráticamente por la Asamblea General presidente de la Federación Canaria de Pelota. Como primera acción responsable encargamos un informe de revisión contable elaborado por un auditor de cuentas independiente sobre la gestión de la junta de gobierno saliente. El resultado de dicha inspección contable arroja unas graves irregularidades, especialmente por gastos no debidamente justificados, las cuales de no aclararse por los responsables en su momento, podrían llegar a ser incluso constitutivas de presuntos delitos. Por esta acción de encargar el informe de revisión contable a un profesional externo, el anterior presidente, al mes de ser elegido nos presenta una moción de censura. Por las conversaciones mantenidas, la mayoría de los miembros de la asamblea general piensa apoyar al expresidente y, además, volverlo a poner en su cargo a pesar de haber demostrado las graves irregularidades contables realizada por el expresidente Francisco Mateo Castro y su Junta de Gobierno. Desde el punto de vista personal, mi ética humana y social me impide seguir perteneciendo a esta Asamblea General, máxime cuando hasta al momento no se ha opuesto al informe contable objetivo que encargamos por la transparencia y el bien de la Federación y sus miembros, ni un solo argumento de la misma contundencia que lo pueda contradecir, lo cual, en todo caso, justifica aún más si cabe mi decisión. Por estas razones en los próximos días presentaré mi dimisión como presidente de la Federación Canaria de Pelota. Y como repercusión social hago un llamamiento a las instituciones políticas deportivas para que cumplan al máximo con su obligación de fiscalizar el dinero público que depositan en las manos de clubes y federaciones y para que vigilen y auditen de una manera políticamente responsable. En líneas generales, en todos los deportes veo como padre que muchos niños no pueden participar en competiciones deportivas por la falta de financiación tanto personal de los padres como de las instituciones deportivas que no les ayudan. Si encima no se vigilan y fiscalizan las ayudas y van a usos distintos a los originariamente pensados, el mal que se hace es doble, a nuestros niños y a la seriedad de los organismos públicos competentes. Por estas razones invoco a la sociedad para que tome conciencia de lo que está pasando y no se haga cómplice de esta situación permaneciendo pasiva.

*PRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN CANARIA DE PELOTA