X
tribuna >

Fortalecer nuestros vinos – Por Aurelio Abreu Expósito

   

Los últimos hechos, sin duda desafortunados, acaecidos en torno al sector vitivinícola en la Isla han de servirnos, en primer lugar, de motor para la reflexión. Tenemos que preguntarnos, y contestarnos, qué ha sucedido y por qué ha sucedido, y a raíz de esas respuestas, adoptar las medidas necesarias para evitar que se repita. Como parte del grupo de gobierno, los socialistas hemos elegido la responsabilidad y la prudencia a la hora de afrontar estos acontecimientos, porque entendemos que es de vital importancia para el sector reaccionar con firmeza pero también con mesura. Comprar el excedente de uva es una medida necesaria para evitar la quiebra del sector pero debe ir acompañada de más actuaciones, como un trabajo de asesoramiento permanente (enólogos, ingenieros agrícolas, peritos agrarios, personal cualificado de las Agencias de Extensión Agraria) con los pequeños y medianos viticultores y una promoción intensiva de nuestros vinos, tanto en el mercado local como en el exterior. El impulso promocional a los vinos de Tenerife siempre es bienvenido, más si cabe considerando el carácter estratégico del sector merece que las instituciones piensen en planes a largo plazo, con proyección. Muchas familias viven del cultivo de la vid y la producción de vino, y potenciar el conocimiento, difusión y venta de los caldos es también una manera de conseguir que la viticultura genere riqueza y economía, dignifique el trabajo de los hombres y mujeres que cultivan la vid mediante la obtención de una renta justa e incentive el mantenimiento de la superficie dedicada a las diferentes variedades de uva. Invertir, pues, en la mejora continua de las explotaciones, del proceso de envasado, de la distribución, de la enología como salida profesional, de la comercialización, y en general de todos los aspectos que forman parte de la cadena de producción del vino, no es invertir a fondo perdido, sino muy al contrario, es hacerlo en el futuro de un sector del que depende también el mantenimiento de un paisaje agrícola muy determinado. La creación de un Consejo Regulador único y la Denominación de Origen es una aspiración del Cabildo desde hace tiempo. Ya en 2007, todos los grupos políticos en el Pleno aprobaron por unanimidad una propuesta socialista en este sentido. La irrupción de la crisis económica alteró todos los planes, exigiendo una reorientación de las políticas de apoyo al sector, ya muy castigado, como toda la agricultura, por la incertidumbre que le es propia. Por eso, avanzar hacia ese Consejo Regulador y esa Denominación de Origen de Tenerife es ahora mismo una medida acertada, puesto que pone al sector en el camino de hacerse más fuerte, unidos en su rica diversidad. Ningún vino de la Isla es igual a otro y ésa es una ventaja que no podemos dejar pasar. El Cabildo tiene que estar siempre del lado de los viticultores, siendo un respaldo sostenido, centrado en la mejora, la innovación, la calidad y la distribución de los vinos con un especial hincapié en la promoción. Solo así evitaremos volver a vivir situaciones como la de las últimas semanas, y podremos fortalecer al sector para que compita sin complejos en cualquier mercado. Calidad y talento no nos falta.

*VICEPRESIDENTE Y CONSEJERO INSULAR DE BIENESTAR, SANIDAD Y DEPENDENCIA