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O’Paca – Por Claudio Andrada

   

Como comprenderán no iba a poner el mismo título que hemos visto en la prensa y telediarios y hemos oído por las radios los últimos días. No se trata, como adivinarán enseguida, de una alabanza ni exaltación a una canaria de nombre Francisca afincada en Irlanda. No. Como ya habrán adivinado, hoy le toca el turno a las tarjetas black -opacas- de CajaMadrid (incluso cuando ya era Bankia), de las que no sabíamos nada hasta hace bien poco, aunque con nuestro dinero, en forma de deuda de obligado pago, gracias al acuerdo PP-PSOE para reformar la Constitución un verano con prisas y no tan a lo loco, seguiremos abonando toda la ciudadanía durante muchos años. Exacto. También pagamos los gastos de esta pandilla (más numerosa de lo que incluso se dice) que aparentaba austeridad y se pulía una pasta gansa (en negro) en cosas tan acordes a sus gastos de consejeros de la entidad rescatada como peluquería (algunos de ellos calvos, pero con las ideas muy frescas), farmacia (algunos apoyaban el copago y la privatización de la Sanidad en Madrid), compras de alimentos y vino, mucho vino (lema preferido de Rajoy: ¡viva el vino!), discotecas (me gustaría ver cómo se lo explica algún “bailongo” a la parienta), helados (1.500 euros, y no es Ana Mato, ella prefería los Lacasitos), cafeteras de marca, ropa, suscripciones a plataformas televisivas de pago (que no hay como ver los partiditos en casa con los colegas), y un largo etcétera de gastos pintorescos y de andar por casa y disposiciones en efectivo. Y en este último capítulo de dinero a través de cajeros, me impacta de un modo especial la metodología empleada por dos de ellos: Rato y Blesa. Mientras que el primero sacó 17.300 euros en movimientos de 1.000 en 17 ocasiones entre septiembre de 2011 y el 5 de mayo de 2012 y otro movimiento de 300 euros en un cajero de otra entidad, el segundo colma todas las expectativas de cualquier novelista: 600 disposiciones en efectivo de 600 euros cada una. Un hombre metódico, limpio y que sacaba sólo lo que necesitaba para el café de la mañana. Casi 90.000 euros entre 2003 y 2010. Y ambos, máximos responsables de esta entidad rescatada con el dinero de todos, pestañean perplejos y miran a cámara con cara de no entender cuando se les preguntaba qué había pasado con las “preferentes”. En ese mismo instante, ellos viviendo a todo trapo y una mayoría inmensa de ciudadanos estafados a las puertas de la entidad bancaria (insisto, rescatada con dinero público) reclamando los ahorros de toda su vida. Un juez inhabilitado por encarcelar a este incalificable, que corretea por la calle sin vergüenza alguna, y un sistema político que se hace añicos cada vez que se arañan un poco más las cuentas de los que decían que nosotros, precisamente nosotros, vivíamos por encima de nuestras posibilidades.

claudioandrada1959@gmail.com