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De regalo en regalo

   
El árbitro le muestra la amarilla a Javi Moyano. | REUTERS

El árbitro le muestra la amarilla a Javi Moyano. | REUTERS

ÓSCAR HERRERA | Santa Cruz de Tenerife

El Club Deportivo Tenerife mejoró bastante su imagen de partidos anteriores, pero ni siquiera eso le bastó para sumar ante un Osasuna muy flojo y plagado de nervios. Los blanquiazules, con una muy buena puesta en escena desde el pitido inicial, no supieron administrar la ventaja que por dos veces tuvieron en el marcador (0-1 y 1-2), y cayeron en el minuto 93 tras un error estrepitoso del meta Roberto Gutiérrez, que vino precedido de una ingenuidad de Iker Guarrotxena y otro desacierto de Javi Moyano, quien se durmió en la marca y dejó rematar solo al joven delantero Kenan Kodro, batiendo a Roberto e inundando de un gran vacío a un Tenerife que había hecho un partido muy completo, como para no salir derrotado de un estadio El Sadar que apretó pero no ahogó a los de Cervera.

Inicialmente el técnico blanquiazul intentó tender una trampa en el medio campo a los navarros, con la presencia de Aitor Sanz y Ricardo por el medio, más Vitolo que escoltaba a ambos, formando un trivote en toda regla. Cervera además le dio músculo a la defensa con la presencia de Hugo Álvarez junto a Carlos Ruiz y Albizua de lateral. De ahí para arriba, Suso, Cristo Martín y Diego Ifrán buscarían la velocidad y la verticalidad.

Y le salió, porque en los primeros 45 minutos el Tenerife cortocircuitó el juego de Osasuna, que impedía que Nino, Ansarifard y Cedric tuvieran llegadas al área tinerfeñista.

El conjunto chicharrero hizo una primera parte de manual Cervera: Presión asfixiante para robar y salir con rapidez, con Suso y Cristo como interpretes perfectos de ese guión, pero con un Ifrán voluntarioso pero sin ritmo. Aún así, el delantero de Cerro Chato buscó espacios y se movió con inteligencia cerca del área local, pero sin surtidores que le hicieran llegar algún balón aprovechable.

Antes de la media hora, Unai Albizua se lesionaba en una acción fortuita, al sentir un dolor muscular en la parte posterior de su muslo izquierdo, que le obligó a salir del campo, siendo sustituido por Cámara. El Tenerife, bien plantado y con personalidad, fue imponiendo su juego, pero sin llegadas a la meta de Santamaría. Eso sí, su persistencia le hizo ir hasta el banderín de córner en cinco ocasiones, hasta que en uno de esos saques de esquina, Ricardo ejecutó magistralmente al primer palo, para que Hugo Álvarez peinara y prolongara en el primer palo; Ifrán golpeara de cabeza en el segundo y Aitor Sanz empujara en plancha con la testa en la línea de gol. Cero a uno en el minuto 36 y primer gol de Aitor con la camiseta del CD Tenerife, recompensando así el juego colectivo de un equipo que mostraba una seguridad impropia de un vestuario que atravesó una semana convulsa y agitada.

Penalti en el 45
El resultado era más justo con el equipo que más sentido le ponía al partido en esos momentos, aunque a decir verdad, los visitantes no habían aparecido hasta entonces por las inmediaciones de la meta local, salvo a balón parado y sin disparar a puerta.

El partido, con mucha pelea y a ratos vistoso, se encaminaba al descanso cuando un centro aparentemente inofensivo, llega a la altura de Javi Moyano, quien en su intento de evitar el remate del delantero rival, desplaza ligeramente con el cuerpo al jugador de Osasuna, interpretando penalti el colegiado Valdés Aller. Tarjeta amarilla para el lateral andaluz del CD Tenerife y muchas dudas en una jugada que no parecía lo suficiente lesiva como para señalar penalti.

Se cumplía justo el minuto 45 cuando Nekounam no fallaba desde los 11 metros y mandaba el partido al tiempo de descanso con igualdad en el marcador del estadio pamplonica (1-1). El mazazo para los insulares era grande, pero sin sospechar que en el suspiro final del partido iba a recibir otro golpe parecido pero ya irreversible.

Lo importante en ese momento era la demostración de actitud, coraje y amor propio de un bloque que funcionó como tal, dejando atrás el rastro de dos derrotas seguidas y completando una digna primera mitad.

El segundo acto comenzó con un Osasuna algo más metido, combinando mejor a 30 metros del área blanquiazul y buscando casi siempre a Nekounam. El iraní intentaba hacer llegar balones a Cedric o su compatriota Ansarifard por el costado izquierdo, con Nino asomándose al borde del área para desplazar a la defensa tinerfeñista. Así y todo fue el Tenerife el que pudo golpear de nuevo en la reanudación: Una combinación de Aitor Sanz con Suso por la banda derecha acabó con una formidable asistencia de Suso a Ifrán (quien diría que se habían enfrascado en un rifi rafe 24 horas antes), pero que el uruguayó no atinó a meter y su remate se marchó por encima de la portería rojilla.

De nuevo, el Tenerife iba creciendo en el partido, con un Vitolo sensacional, al que acompañaba Suso Santana como el jugador más desequilibrante de los isleños. El guión del partido se puso otra vez del lado visitante, cuando a 16 minutos para el final del choque, Cámara hacía una gran jugada por su lado, internándose en el área y siendo derribado. El colegiado no dudó y señaló la pena máxima que convirtió Vitolo. De nuevo por delante en el marcador, pero de manera efímera, ya que solo dos minutos después Nino iba a equilibrar el choque con un remate en la frontal del área pequeña.

El Osasuna echó el resto, y el Tenerife se diluyó ya sin referencia ofensiva (Guarrotxena había entrado por Ifrán), cuando saboreando el empate, llegó la última acción del partido. Error en cadena que acabó con otro más grosero de Roberto, que se tragó el 3-2 y con él las ilusiones por sumar cuando más falta hacía.