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El sanitario tinerfeño estaba en vigilancia activa supervisada desde que regresó de Sierra Leona

   

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

Supervisado y tratando de minimizar al máximo los riesgos. Esta es la situación en la que se encontraba el enfermero tinerfeño ingresado en el Hospital de la Candelaria con posibles síntomas de padecer el virus del ébola. Como todos los delegados de Cruz Roja que trabajan actualmente en la misión que tiene desplegada la organización humanitaria en África, el joven siguió al pie de la letra tanto las recomendaciones que dictan las máximas autoridades sanitarias, como las propias recomendaciones que le realizó la institución no gubernamental con la que colabora desde hace más de un lustro. Así lo confirmó el responsable del Departamento de Salud de Cruz Roja Española, Carlos Urquía, quien dejó claro que “el mensaje que tenemos que lanzar en estos momentos es el de la tranquilidad, porque lo único que hemos hecho es activar el procedimiento que está establecido por las autoridades sanitarias para cuando una persona que viene del terreno presenta algún tipo de síntoma que tenga que ver con la enfermedad”. Según explica a este periódico, “hay una idea que es muy importante, y es que si no hay síntomas, no hay contagio. Este chico estaba en su casa, sometido al procedimiento que denominamos de vigilancia activa supervisada. De este modo, desde nuestro centro de coordinación nos poníamos en contacto con él dos veces al día, por la mañana y por la noche, para preguntarle por su temperatura y si tenía algún síntoma relacionado con la enfermedad. Todo esto se anota para ir dejando constancia escrita de su situación. Esta supervisión se realiza durante los siguientes 21 días a su llegada del terreno, porque sabemos que este es el periodo máximo en el que el virus puede incubarse. Por ello, desde que llegó a España ha estado en permanente contacto con nosotros, cada mañana y cada noche”.

Carlos Urquía insiste en que “los delegados de Cruz Roja, antes de salir al terreno, realizan una preparación y una formación específica dentro de nuestra Unidad de Respuesta en Salud a la que él pertenece. En este caso, también recibió un entrenamiento concreto sobre el ébola. Aun así, él era consciente de que el riesgo cero no existe, y salió al terreno sabiéndolo. Su decisión de ir a un lugar como Sierra Leona es para quitarse el sombrero, porque sabía que iba a estar en contacto con enfermos de ébola”. En cualquier caso, el sanitario canario siempre trabajó en condiciones de bioseguridad, con equipos de protección individual protocolarizados, que minimizan el riesgo al máximo. “Nuestros protocolos de intervención con los enfermos, de tiempos de estancia y exposición (un máximo de 45 minutos cada vez), de puesta y retirada de los equipos de protección individual, etc, siguen las recomendaciones de la OMS al pie de la letra y están supervisados en todo momento por una persona, que sería la que detectaría un error en el caso de que se produjera. Se siguen cada uno de los pasos que establecen las autoridades sanitarias, y lo vamos a seguir haciendo porque entendemos que es vital para la salud de nuestros delegados”, recalca el responsable de estas misiones sanitarias en Cruz Roja Española.

A la espera de los resultados de las pruebas que se le han realizado, desde la organización humanitaria reiteran que durante ese periodo de 2 a 21 días establecidos, al sanitario tinerfeño se le recomendó que llevase una vida tranquila, que evitara los viajes y que si se desplazaba lo comunicase; debía estar siempre localizado y cerca de un centro sanitario, para que pudiera ingresar en cualquier momento, como así sucedió. “Puede hacer vida más o menos normal, pero se le sugiere descanso y que evite, en la medida de lo posible, las multitudes y los ajetreos”, subraya Carlos Urquía, quien denota que “los mecanismos que tenemos previstos se activaron de manera precoz y con total normalidad y tranquilidad. Se trata de profesionales que están poniendo en riesgo sus vidas para atender a enfermos que realmente lo necesitan, porque al no haber vacuna ni tratamiento contra el ébola, o atendemos a esas personas o las estaremos condenando a una muerte segura”.

“En el caso de nuestros cooperantes que han estado en zonas de riesgo de infección hasta ahora (cerca de 40), todos han terminado dando resultado negativo por ébola, y los que mostraron algún tipo de síntoma finalmente lo que tenían era alguna enfermedad concomitante, como la malaria, faringitis o una simple gripe”, incide el responsable de Cruz Roja Española, quien asegura que “debemos estar tranquilos, porque mientras no hay síntomas, no hay posibilidad de infección, que es lo que nos dice el comité de expertos del Ministerio, la OMS y toda la evidencia científica disponible”. “Este virus es muy dañino y mortífero, pero a diferencia de otros, mientras la persona no tiene síntomas no tiene carga viral y no puede contagiar a nadie. Por eso, cuando nuestro delegado notó los primeros síntomas se puso en contacto con nosotros y las autoridades sanitarias e inmediatamente se activaron los protocolos para casos en investigación, que es la situación en la que estamos ahora. Simplemente se le aisló para evitar cualquier tipo de riesgo”.

Desde Cruz Roja, incluso, no descartan que el enfermero tinerfeño pueda regresar a África en los próximos meses, ya que la misión de la organización humanitaria se extenderá al menos hasta 2015. “Cada uno de nuestros voluntarios van por un periodo de cuatro semanas, pero como nuestra misión va para largo, cabe la posibilidad de que vuelva al terreno si no hay inconvenientes una vez se recupere”.

Los dictados de la OMS

Al igual que Cruz Roja, tanto Médicos Sin Fronteras (MSF) como la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios –que son las otras dos organizaciones humanitarias que están trabajando en zonas de riesgo por ébola en África- manifestaron al DIARIO que sus cooperantes y profesionales cumplen de forma “estricta” las recomendaciones que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el tratamiento y atención de este tipo de pacientes. De igual modo, ambas entidades realizan cursos de formación específica para su personal antes de cada misión, y se les dan una serie de recomendaciones antes y después de viajar hasta zonas de riesgo. Por indicación de las autoridades sanitarias, todas las personas de MSF y San Juan de Dios que han estado cooperando en países con enfermos de ébola, deben estar localizados en todo momento y comunicar cualquier síntoma vinculado al virus, para que se pueda activar el protocolo de atención en el menor tiempo posible de respuesta.