J. L. C. | Santa Cruz de Tenerife
Lo que ya vaticinó la propia consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias, Brígida Mendoza, se cumplió ayer por la mañana en los pasillos y salas del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (HUNSC). El infundado miedo por la posibilidad de que el sanitario tinerfeño ingresado en el centro hospitalario pudiera tener el ébola, hizo que muchas personas decidieran anular sus citas o directamente no acudir al HUNSC. Algo que confirmaron desde el propio Colegio Oficial de Médicos de la provincia de Santa Cruz de Tenerife y de los principales sindicatos con representación en el sector.
Por su parte, desde el hospital no pudieron ofrecer cifras que confirmen esta menor afluencia, a pesar de que varios trabajadores consultados por este periódico dejaron claro que “sí se notó” tanto en las consultas como en las plantas de hospitalización. Pese a todo, Sanidad insistió en su mensaje de “tranquilidad” y destacó la “profesionalidad” con la que se ha comportado todo el personal que se ha encargado de asistir al enfermero tinerfeño.
Como ya publicó este periódico en agosto, el HUNSC fue escogido por la Consejería de Sanidad como centro de referencia en la provincia, ante la posibilidad de que apareciese algún afectado por la enfermedad. Esta, que se ha cobrado ya la vida de más de 5.000 personas, ha salido del continente negro hacia distintos puntos de Europa y Estados Unidos, pero es “muy improbable” que provoque brotes de similares dimensiones a la que padecen Sierra Leona, Liberia, Conakry y Congo, los países con más casos detectados y más fallecimientos confirmados hasta la fecha. Para evitar que se puedan producir situaciones de riesgo, La Candelaria ha creado una “zona de alto riesgo” y ha habilitado un “pasillo de seguridad” para asistir a estos pacientes, como consta en el protocolo de actuación al que tuvo acceso el DIARIO. De igual modo, se han realizado simulacros de entrenamiento para el personal del Área de Hospitalización, encargado de atender a posibles afectados.