Hay días en los que me siento confundido y aturdido. Por un lado, el mundo va a toda prisa, en un ir y venir de informaciones; por otro lado, las soluciones a los asuntos que planteo transitan lentos y espesos. Es la contradicción entre la inmediatez del click y el barullo de tareas por hacer. Vivimos estresados, atragantados, el sistema nos sobrepasa sin dejar espacio para la tan necesaria reflexión. Cada vez creo más en la importancia de tener cabeza fría, de parar a pensar en lo que acontece como única manera de escapar al despiste generalizado, provocado por tanta prisa colectiva. Para el que suscribe, es quizás este momento frente al teclado, el ideal para plantearme qué ocurre y volcarlo en una suerte de palabras al viento, con la romántica idea de imaginarlas aterrizar en su lectura, la cual hace usted ahora… Y esta semana vengo con el runrún de la política, tan en boga, el soniquete constante de esta sociedad cansada. No es para menos, la situación preocupa, el personal está harto de la tomadura de pelo nacional. Hacía mucho tiempo que no escuchaba un debate tan apasionado en la calle, o en las redes sociales, tan de moda últimamente.
La gente comparte, discute, aporta opinión y hasta grita con mayor o menor acierto, presos muchas veces de la noticia falsa y manipulada, pocos se molestan en contrastar. Valoraciones aparte, porque seguir según qué tendencias entra en la decisión de cada cual, hay elementos comunes preocupantes, o al menos a mi me lo parecen. General, pienso, es la falta de cultura y de educación, tan denostada al paso de la crisis, sin brotes verdes, ni semilla tan siquiera. La máxima de Ernesto Guevara rezaba que “un pueblo que no sabe leer ni escribir es un pueblo fácil de engañar”, hoy cabría añadir que un pueblo mal informado, por exceso y defecto, es un pueblo fácilmente maleable. Estoy convencido de que el único arma efectiva será invertir en formar a mejores maestros y educadores, en apostar por la investigación, la creatividad, en arropar a los artistas, en cuidar a los pensadores e intelectuales. Puede que no veamos resultados inmediatos, tardaremos generaciones, pero al menos tendremos la oportunidad de tener una sociedad más justa. Tiempo al tiempo.
@cesarmg78