Leo en la prensa, con verdadero estupor, que el gobierno investigará el traslado de inmigrantes en un camión de basura, por las dunas de Maspalomas, después de que llegaran a las costas de San Bartolomé de Tirajana a bordo de una patera. De la que se bajaron para pasar una purriada de horas sobre la arena, bajo un sol de justicia, sin agua ni alimentos, hasta que que se descartó que tuvieran ébola y les llevaron a un centro médico. ¿Quién dice que quiere investigar este escandaloso suceso? ¿El Gobierno? ¿Qué gobierno, el de España, el de Canarias, ambos? No me hagan reÃr, que tengo el labio partido y se me saltan los puntos. ¿Cómo van uno, o los dos gobiernos, a investigarse a sà mismos? ¿Quién puede creer que desean saber lo que pasó tras el desaguisado del que son directos responsables? ¿Desde que se desató la epidemia en varios paÃses africanos hasta el dÃa de hoy, nadie de ninguna de las dos administraciones pensó que la situación de Maspalomas se podÃa presentar en cualquier momento? ¿Y para eso les pagamos? ¿Es que creyeron alguna vez que el mortÃfero virus únicamente podÃa viajar en avión, en vuelos de lÃneas comerciales, o de chárters, cuyos pasajeros cruzan fronteras y aduanas controladas? ¿Qué clase de inútiles nos administran? ¿A ningún alto funcionario de Madrid o de Canarias, especialmente de los ministerios de Interior y de Sanidad (y de Presidencia del Ejecutivo autonómico y de la ConsejerÃa de Sanidad de las Islas) se les ocurrió que un  grupo de inmigrantes eventualmente afectados por el virus (gracias a Dios no ha sido asÃ) podÃa llegar a las costas de Canarias, a las de AndalucÃa, o simplemente a las ciudades de Ceuta y Melilla nadando o en pequeñas embarcaciones, sin viajar en avión ni traspasar frontera controlada alguna? ¡Pues guárdenme una quÃcara ponedora de los gobernantes canarios y estatales que todavÃa no se han sentado para prevenir una situación de emergencia como la que pudo haberse desatado si los inmigrantes hubieran dado positivos al virus! Leo en El Mundo que fue Cruz Roja la que dio el callo,  (Dios los guarde) llegando en apenas quince minutos a la playa, mientras un alcalde desbordado, Marco Aurelio Pérez, máxima autoridad local de San Bartolomé de Tirajana, no sabÃa qué hacer y se limitaba a enviar a varios policÃas locales a la zona, mientras llamaba por teléfono a la consejera de Sanidad, la señora BrÃgida Mendoza, que según El Mundo le pasó la pelota a su director general de Salud Pública, un tal José DÃaz, quien tiene su despacho grancanario a 40 minutos en coche de Maspalomas, pero no fue visto por los alrededores, que se sepa. Y agrega el diario nacional que la delegada del Gobierno en Canarias, MarÃa del Carmen Hernández Bento, no se habÃa enterado del caso (como siempre, aquà nadie sabe nada) y es ahora la adalid de las quejas y la que critica a los dos agentes de la PolicÃa Nacional,  ¡virgen santa, sólo dos!, subordinados a sus órdenes, que fueron, al parecer, quienes no dijeron ni estaba boca es mÃa cuando vieron al camión de la basura cargado con los pobres inmigrantes, unos cuantos de los cuales presentaban fiebre de 40 grados centÃgrados y otros menos. El suceso es una tragedia para los inmigrantes. Pero también un bochorno mundial para las autoridades estatales y autonómicas, administradoras de un territorio que vive mayoritariamente del turismo y que puede salir muy, pero que muy malparado de una crisis sanitaria como la que nos acecha. Sólo unos botarates de tomo y lomo pueden cruzarse de brazos o irse a la cama cada noche dejando en manos de la Providencia que los inmigrantes lleguen a las islas sanos o enfermos. Será mejor que pongan pies en polvorosa (nuestros incompetentes funcionarios y polÃticos, no los pobres subsaharianos) para que dejen paso a especialistas y profesionales que sean verdaderamente capaces de controlar los riesgos de salud que se vislumbran en lontananza. El camión de la basura deberÃa recoger a tanto mentecato de sus despachos para llevarlos a una planta de reciclaje. O de compostaje.