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Carolina Bang: “Una carrera se forja con éxitos y con fracasos”

   

Por Benjamín Reyes

Carolina Bang. | Foto de archivo

Carolina Bang. | Foto de archivo

Carolina Bang (La Laguna, 1985) comenzó en el mundo del cine de manera fulgurante. Su primera aparición en un largometraje fue nominada al Goya como mejor actriz revelación en 2010 por su interpretación en Balada triste de trompeta. Después contabilizamos seis largometrajes más, entre los que figuran La chispa de la vida (2011) o Las brujas de Zugarramurdi (2013). No le importa que la etiqueten como musa de Álex de la Iglesia, con quién contrajo matrimonio el pasado verano. Del 21 al 29 de noviembre presidirá el jurado del CineEsCena, que se celebrará en diversos espacios de La Laguna. El 25 de diciembre se estrenará la película Musarañas, donde ejerce, por primera vez, de productora ejecutiva.

-Será presidenta del jurado de la cuarta edición del CineEsCena. ¿Será una forma de ver los toros desde la barrera?
“He formado parte de algunos jurados, pero nunca como presidenta, por lo cual me lo voy a tomar como una gran responsabilidad. Es una manera de aprender y descubrir nuevos talentos, sobre todo, en festivales de cortometrajes. Soy muy fan de este formato. Cada vez que me llaman para rodar un corto estoy encantada de participar”.

-Precisamente empezó en el mundo del cine en cortometrajes como Madrid-Moscú (2007) o El forjador de historias (2009). ¿Cree que los trabajos en el mundo del cortometraje no están suficientemente valorados?
“El mundo del cortometraje tiene su espacio. Aunque necesita más apoyo para que, paulatinamente, obtenga una mayor repercusión”.

-¿Qué actriz ha tenido como modelo?
“Desde las grandes divas del Hollywood de la década de los 50 hasta las actuales actrices españolas. En España tenemos la suerte de contar con un conjunto de intérpretes de los que se puede aprender muchísimo. Citaría a Terele Pávez, con la que he coincidido en varios rodajes. Trabajar a su lado es una especie de clase magistral”.

-Aparecía en Plutón BRB Nero, una serie muy cañera, que emitió La 2 entre 2008 y 2009. Luego ha trabajado en Tierra de lobos (2011-2014), una especie de culebrón histórico. ¿Cree que la televisión en España se ha adocenado?
“En realidad pienso que lo estamos haciendo bien. Creo que la televisión española cada vez está haciendo mejores apuestas. Si revisamos las series que se hacían hace diez años comprobaremos que no tienen nada que ver con las de ahora. Se están presentando mejores guiones. Obviamente, no podemos competir con las series estadounidenses porque no contamos ni con el 10% de los presupuestos que ellos manejan”.

-Fue nominada en 2010 a la mejor actriz revelación por Balada triste de trompeta, que fue muy aplaudida en el Festival de Venecia. ¿Fue una entrada por la puerta grande en el mundo del cine?
“Considero que todavía estoy entrando en el mundo del cine, pero sí que fue un buen pistoletazo de salida. Me hizo mucha ilusión la nominación, pero considero que todavía me queda mucho por aprender”.

-¿Le molesta la etiqueta de musa de Álex de la Iglesia?
“No, para nada. Me encanta. Rodar una película es endogámico y el director se suele rodear de aquellas personas con las que sintoniza. Si es necesario grabar en una ciudad extraña durante dos meses encerrados en un plató es preferible hacerlo con personas con las que te llevas bien. De esa manera se forma una especie de familia en la que la guerra va a ser más fácil”.

-Trabajó en 2011 en La daga de Rasputín, dirigida por Jesús Bonilla, y en 2014 en Cambio de ruta, de Christopher Hool. ¿Qué diferencia existe en rodar bajo las órdenes de De la Iglesia a otro director?
“No haría distingos entre rodar con Álex u otro director. Cada realizador tiene su forma de rodar y su método de trabajo. He trabajado mucho con Álex y nos entendemos solo con una mirada, pero disfruto también trabajando con otros directores. Parte del trabajo de un intérprete es entender lo que quiere el realizador”.

-En 2011 se le concedió un Yoga a la peor actriz del año en España. ¿Cómo se toma las críticas?
“Uno intenta gustarle a todo el mundo, pero eso resulta imposible. Una carrera se forja con éxitos y con fracasos. Resulta que ahora soy madrina de los Yoga porque me tomé con sentido del humor ese premio”.

-¿En el papel de Eva de Las brujas de Zugarramurdi ha sido donde más se ha desatado?
“Sí, ha sido el papel en el que he tenido más acción. Al ser un rol muy alocado tuve mucho margen para jugar con él. Incluso me llegué a rapar el pelo parcialmente”.

-En octubre del 2014 estuvo de promoción en Tokio de Las brujas de Zugarramurdi. ¿Qué impresión se lleva de Japón?
“Espectacular. Me gustaría volver a Japón y vivir un año allí porque es una cultura muy diferente. Conocen toda tu filmografía. En las entrevistas se notaba que habían visto mi trabajo tanto en cine como en televisión”.

-Cambio de ruta, de Christopher Hool, es su primer rodaje de un largometraje al margen del cine español. ¿Cómo fue la experiencia de grabar en México?
“Rodar en México y España es bastante similar por nuestro carácter latino. La grabación fue en El Caribe y me lo pasé genial. El rodaje de Cambio de ruta coincidió con el de Las brujas de Zugarramurdi. El trabajo en esta segunda película fue estresante y estaba cansada por el esfuerzo corporal que exigió, así que irme dos semanas a el Caribe fue bastante relajante. En México se exhibió hace un par de meses, pero todavía no tiene fecha de estreno en España”.

-¿En qué registro se siente más cómoda: comedia o drama?
“(Se lo piensa) Me divierte más hacer comedia, pero creo que es más complicada que el drama. No sabría decantarme por una de las dos opciones”.

-El 25 diciembre se estrena Musarañas, mejor película en Latin Beat Festival de Tokio y que se ha exhibido recientemente en los festivales de Sitges y en la Semana de Cine Fantástico de Terror. ¿Por qué decide ejercer de productora ejecutiva?
“Por una parte, a los directores, Esteban Roel y Juan Fernando Andrés, los tuve como profesores en el Instituto del Cine de Madrid. Y por otra, venía de estudiar producción en Londres y me apetecía ejercer de productora. Me he reservado un pequeño papel y el personaje acaba recibiendo una paliza. Fue muy terapéutico para el equipo darle una paliza a la productora (se ríe). La película se centra en dos hermanas, una de la cuales padece de agorafobia. Y hasta ahí puedo contar”.

-¿Qué valor le concede a la fama?
“La fama te proporciona más trabajo. Cuanto más conocida eres más te van a reclamar. Mi vida es muy similar a la de hace diez años. No me suelen parar por la calle para sacarse fotos conmigo. No tengo la sensación de que me persigan. Y espero que siga así”.

-¿Se ve rodando con cineastas como José Luis Guerín o Marc Recha?
“Me apetece rodar todo y con todo el mundo”.