Según el Fondo Monetario Internacional, la economía mundial habrá crecido en 2014 a una tasa del 3,3% y, presumiblemente, se incrementará hasta el 3,8% en el ejercicio 2015, en donde los intercambios comerciales se muestran protagonistas impulsada por una mejora gradual de la demanda interna que conlleva incrementos de la capacidad productiva, al estimarse un crecimiento de la misma cifrado en un 31,58% entre 2014 y 2015. Las economías emergentes se muestran como las locomotoras principales mundiales, valorando un crecimiento global de las mismas del 5,0% (4,4% en 2014), en donde China sería la cabeza, al avanzar al 7,1% (aunque baja del 7,4% estimado para la totalidad de 2014). Japón y Europa serían las zonas menos vitales, al estimar su crecimiento para el próximo ejercicio en un 0,8% y en un 1,3%, respectivamente.
Los pilares de esta tasación se encuentran en una menor incidencia de las políticas de ajuste presupuestario (como si nos estuvieran diciendo que lo peor ya ha pasado), las políticas monetarias expansivas que circulan a lo largo y ancho del mundo y una cierta relajación de determinados enfrentamientos geopolíticos de escala internacional. Pero esta calma es un supuesto, y como tal, si las hipótesis en las que se basan pudieran verse afectadas por algún contratiempo, los riesgos a la baja están ahí. Ahora bien, en el caso de que dicho crecimiento avanzase de forma positiva, éste será muy lento y muy asimétrico.
En España, en particular, después de varios ejercicios consecutivos en donde las diferentes componentes del PIB evolucionaban en negativo, aunque con cierto tono de mejoría (empeorar menos, como me gusta decir). Según el INE, las expectativas para 2014 son las de cerrar por encima cero en la mayoría de las macromagnitudes, teniendo como principal protagonista el gasto en los hogares, la inversión en bienes de equipo, el capítulo de transacciones con el exterior (tanto exportaciones como importaciones) y toda la actividad económica relacionada con los servicios y las actividades profesionales.
Se prevé que el tipo de cambio del euro frente al dólar sea de 1,35 dólares por euro en 2014 y 1,30 en 2015. Respecto al petróleo Brent se estima que su precio, si todo sigue igual, no se situará por encima los 90 dólares/barril, según las previsiones a día de hoy. Por lo que se refiere a los tipos de interés, se espera una cierta estabilidad en niveles bajos de los tipos a corto y una ligera reducción de los tipos a largo. Además, 2015 será el año de la deuda pública, en donde se sobrepasará, con toda seguridad, el 100% del PIB. Y del empleo, qué decir. Previsiblemente, las mejoras no tendrán el impacto deseado en la generación de empleo (da la sensación que es el último en enterarse). En este sentido, la tasa de paro no se alejará de forma sustancial del 25%, teniendo la referencia de Canarias siempre por encima del 32%. La actual legislación laboral incorpora legitimidad a la temporalidad contractual y a la decisión unilateral de modificar sustancialmente las condiciones de trabajo, entre las que se encuentra una variable fundamental como es el salario. En Canarias, y segmentada la información por Islas, a lo largo de 2014 y como dato de evolución interanual, Fuerteventura, Lanzarote, Tenerife, Gran Canaria y La Gomera crecen en número medio de personas afiliadas a la Seguridad Social, mientras que El Hierro y La Palma, caen, en un contexto donde el debate poblacional pierde fuelle. Para 2015, más de lo mismo, probablemente.
¿Resultado de este contexto? En el próximo ejercicio se asistirá a unos mayores niveles de concentración de la renta, a una mayor precarización del empleo en nombre de la competitividad, a un incremento de la carga de trabajo del trabajo supérstite, a un paro de larga duración de personas mayores de 45 años con una expectativa deprimente, además de a varias convocatorias electorales con sus consiguientes infinitas promesas. Y personalmente, ya no sé lo que más miedo da…
*ECONOMISTA