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Cuando ruge la mar abrupta – Por Claudio Andrada

   

Según los partes meteorológicos de última hora, la mar en Canarias está que arde y, como en la película recurrente del título (Cuando ruge la marabunta), la zona en donde Repsol pretende hacer las prospecciones petrolíferas va a estar movidita en estos días. No hay otra manera. Les aseguro que no hay otra forma de parar a estos insensatos que juegan con el futuro de más de 2,2 millones de seres humanos que vivimos en estas islas, amén de la increíble y frágil fauna marina y terrestre que vive en este mar abrupto en ocasiones que circula y riega las costas de mi pequeño país llamado Canarias. No hay otra manera que lanzarnos en defensa de nuestro futuro, que no pasa por los intereses de esta empresa petrolera que, según parece, tiene a una policía experta y armada hasta los dientes. De otra manera no se entiende la brutal agresión infligida el pasado sábado por parte de la Armada española, a la que todos pagamos, a las lanchas neumáticas de Greenpeace, organización nada sospechosa de usar la violencia, aunque sí de su persistencia en la defensa del planeta y de la valentía de sus miembros, de todos los países del mundo, cuyas acciones no-violentas han conseguido poner colorados e incluso rojos como pimientos a los depredadores de la Tierra. ¿Cómo es posible que se ordenara, cual piratas del Medievo, abordar unas lanchas neumáticas de personas cuyo único delito era manifestarse, con la única arma de la razón, en el mar de Canarias contra las pretendidas operaciones de prospección de petróleo? Es más, ¿cómo es posible que sean los mismos mandos los que ordenan a los militares profesionales españoles ir a rescatar a poblaciones en guerra, en operaciones de carácter humanitario y tengan tan poca humanidad como servir de punta de lanza en defensa de los intereses de una compañía privada? ¿Cómo pretenden que veamos bien su actuación si lo que reflejan las imágenes de la agresión es más de lo de siempre, aquellas actitudes que creíamos olvidadas y que tenían que ver con lo más rancio y caduco del ejército español?

Espero que sea un éxito la convocatoria de la Flota Sandía y se llegue a las aguas en cuestión y se paralicen las prospecciones, que generan un peligro incalculable para el presente y futuro de nuestra tierra y de nuestro mar, y por lo tanto para la vida de las personas y seres vivos que habitamos en este pequeño país de ocho islas llamado “cualquier lugar del mundo”. Gracias a Greenpeace por su valentía. Esperamos estar a la altura de sus convicciones.