X
el diván >

Me despido de ti, ansiedad – Por Tamara de la Rosa

   

Querida ansiedad: He decidido escribirte esta carta porque tengo algo importante y urgente que contarte. He pensado mucho en ello y ya estoy decidida. A pesar de llevar tantos años de relación, ha llegado el momento de despedirme. Creí estar enamorada de ti, por todo lo que me hacías sentir cada vez que anticipaba negativamente mi futuro y aparecías de repente. Me llenabas de sensaciones que me aceleraban y me cegaba de amor. Se me hacía un nudo en el estómago, me sudaban las manos, el corazón me empezaba a palpitar tan rápido de la emoción que hasta pensaba que podía darme un infarto, me faltaba el aire, temblaba y muchas veces hasta me bloqueaba. Me ponía tan nerviosa tu presencia que tenía dificultad hasta para hablar. Recuerdo que me intentaba sentar y no podía. Daba vueltas y vueltas de un lado a otro y es que tuve que sentir mucho por ti por que, en muchas ocasiones, hasta me quitabas el sueño y el apetito. Estaba convencida de que se trataba de amor. Pero ahora me doy cuenta de que estaba equivocada. Con todas esas sensaciones me estaba desgastando y comencé a ver todos esos inconvenientes que hasta ese momento no era consciente.

Para poder verte tenía que estar continuamente anticipando consecuencias negativas que, encima, no acerté en el 95% de las situaciones. Tenía que imaginar auténticas películas de terror que solo estaban en mi cabeza y que desconocía si sucederían o no, y mientras tanto se me iba mi presente y yo sin disfrutar del día a día. Dejando pasar miles de oportunidades que ni veía porque solo te prestaba atención a ti, a todas esas sensaciones que me hacías sentir. Aún así, tengo que reconocerte que he aprendido mucho gracias a ti, como que, por más que lo intente, nunca tendré la certeza al cien por cien de lo que ocurrirá. Tengo que quitarme la manía de intentar controlarlo todo. Debo de dejar de intentar conocer todas las respuestas porque la vida puede cambiar las preguntas en cualquier momento. El futuro es una incertidumbre con la que debo aprender a vivir. Gracias a ella existen las sorpresas, lo inesperado, esos pequeños motivos que hacen que mi vida no caiga en una rutina. Si supiera todo lo que va a pasar, la verdad que me resultaría aburrido.

Ahora me voy a centrar en disfrutar de mi día a día, de los pequeños detalles que, a lo largo de estos años, han pasado desapercibidos por estar pendiente de ti y anticipando situaciones negativas tan solo para que aparecieras. A partir de hoy, hay un antes y después en mi vida, porque, voy a enfocar mi atención en disfrutar de mi presente para crear un gran futuro y desde allí recordar un inolvidable pasado.

Posdata: Espero que no te lo tomes mal después de tanto tiempo. Se que no tienes maldad y no entiendo porqué suelen hablar de ti con miedo y te evitan. En realidad, solo eres un conjunto de sensaciones con las que intentas salvarme y hacerme reaccionar cuando veo que se acerca un peligro. La que lo ha hecho mal he sido yo, que percibía peligros donde no los había. Pero ya no quiero anticipar más. Cuando llegue el río buscaré el puente. Cuando llegue el problema buscaré la solución, pero antes no.
Se que puedo convivir contigo, porque he aprendido a manejarte, pero ahora mismo prefiero no hacerlo.

Atentamente.

*PSICÓLOGA
tamaraconsulta@gmail.com