Uno de los eufemismos que más repiten los entrenadores y jugadores de cualquier deporte es que todos los partidos son iguales, que son ganables, que no se marcan en rojo en el calendario y que aquello de “esta sí es nuestra liga…” no va con ellos. Pues es mentira. En la actual Liga Endesa hay equipos inalcanzables para el Iberostar Tenerife. Claro que se les puede ganar un partido, por supuesto que se puede dar la sorpresa, como ya las han dado los de Alejandro Martínez, pero eso es cada vez más complicado.
Real Madrid, FC Barcelona, Unicaja y CAI Zaragoza tienen todos, seguramente, más plantilla que los aurinegros. Es sencillo: en el deporte de alta competición el dinero es fundamental -como lo es a la hora de que el Canarias gane a los que tienen menos presupuesto- y jugar en las siete primeras jornadas con esos cuatro equipos marcan, sí o sí, el inicio de la competición.
La plantilla del Iberostar Tenerife es una plantilla bonita, atractiva, pero a la que, por supuesto, le faltan cosas. Muchas de esas cosas, como más fuerza en el rebote, quizás más capacidad defensiva, son conocidas por todos, por lo que partidos como el de ayer en Málaga no deben sorprender. Ir a remolque todo el partido en el Martín Carpena es algo que le sucederá a un buen número de equipos. Si encima tu mejor jugador, o uno de los mejores, sale de una lesión, todo resulta hasta obvio.
Pero ahora, en el Santiago Martín, la cosa cambia. Andorra, Manresa y Gipuzkoa son los próximos rivales en la Isla. Los dos últimos, pese a tener dos entrenadores sensacionales, solo han ganado un encuentro en todo el curso por el argumento de antes: aquí el dinero marca mucho. Muchísimo. Con lo que se presenta un tramo de competición propicio teniendo en cuenta que la próxima salida es a Vitoria, con un laboral Kutxa que ha tenido que cambiar a su entrenador, y frente al Herbalife Gran Canaria, otro gigante que quizás este año no parezca tan fiero como antaño. Además, UCAM Murcia o Bilbao, equipos que rondan puestos coperos, también deben de venir a Tenerife en la primera vuelta. Porque, nos engañemos o no, todos miramos a la Copa del Rey. Unos porque vivieron un sueño en Málaga, otros porque creen que con la plantilla actual se debe aspirar a ellos y algunos otros porque ven que el buen hacer de los canaristas hasta el momento permite pensar en ello. Sí, también están los que imponen el objetivo para presionar. De esos no me olvido, pero dan tanta pereza…
Hacer un nuevo canto a que el público, que pueda, retire su abono, compre sus entradas y anime al equipo ya resulta hasta absurdo. Más no se puede hacer por parte del club y el dinero que hay ahora en cada casa es el que es, pero, el que pueda, el que crea, incluso el que intente meter presión, debería de entender que, aunque se nos repita mucho aquello de que cada partido es igual, no lo es. No lo son. Nunca lo han sido. Y los que vienen ahora en el Santiago Martín son importantísimos.