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Entre mariconplejines y monipodios – Por Ramiro Cuende

   

Para no olvidarnos, repetimos, un monipodio es un convenio de personas que se asocian y confabulan para fines ilícitos. Y, un Monipodio es uno de los confabulantes golfos gustoso de lo ajeno, preciso, al que le gusta pillarlo crudo. Lo de los mariconplejines, detestable término, creado por Federico Monipodio, uno de los santos que a base de ostias a discreción y golpes de pecho, nos lleva dando la vara media vida, son los cobardes gallardones que no atacan al maligno, es decir, a todo el que piense algo, a poder ser izquierdoso. El otro día, me llevé la sorpresa de escuchar en una tertulia mañanera al desembarazado, airoso y galán por excelencia, al vocero de Ansar, al que por los pasillos congresuales y a modo cariñoso llaman Mar, me refiero a Miguel Ángel Rodríguez. ¿Las maneras?, las de siempre en él, cajas destempladas. Vino a decir que no entendía por qué se ponía en duda lo del sospechoso gasto en be de su partido comprando un buen paquete de acciones de la Libertad Digital ¿Qué podía conseguir el PPé comprando estas acciones, cuando Jiménez Losantos no hace sino insultar a miembros de su defendido partido? Es curioso lo que debe pensar Mar de la peonada, es decir, de la ciudadanía en general, de la que soy parte. La respuesta es bien sencilla, ¿no sería con la finalidad de que se calle la boca tamaño cucurucho? Deben creer que somos imbéciles o más. La vida continuó entre sorpresas y disgustos. Lo cierto es que una mañana en vez de jugo y café para desperezar las neuronas que van quedando, desayuné con un uco de pomelo y un carajote de cine. La unidad central operativa de la benemérita nos levantó de la cama, con lo que a primera vista parecía un juego de rol. Se desplegaron por la Península Ibérica, saliendo de todas partes con cajas templadas de pestilentes papeles que entre sus torcidos renglones se hablaba de pobres labriegos que se pasaban la vida de coña entre timbas de póker, tragos y putas pagas con lo que se mamaban, disculpe. ¡Lo que faltaba, el vulgo pillando por Castilla La Vieja! Pocas horas después, por la tarde, salió muy teledeprisamente la popular y mejor populista del país, Esperanza. Era martes. Dos días antes Mariano hablaba de algunas pocas cosas, casi que pelillos a la mar. 48 horas después, viendo a Aguirre adelantar por la derecha, pisa el acelerador y se viene arriba. Mientras, Tomás lloraba por la esquinas las andanzas de su amigo de toda la vida.

Meas culpas, perdones y disculpas, ya no.