Las entidades deportivas amater y de base sin ánimo de lucro realizan una gran labor social. / DA
DIARIO DE AVISOS | Santa Cruz de Tenerife
Miles de clubes y entidades deportivas sin ánimo de lucro entraron en pánico y en un sinvivir desde que el Gobierno central comenzó a realizar inspecciones laborales con el fin de lograr su afiliación a la Seguridad Laboral y reclamándoles cantidades astronómicas. Una medida se convierte en una amenaza sin precedentes que pone en peligro el trabajo y la función que desempeñan y que podría conllevar la desaparición de muchos de ellos.
En España hay inscritos más de 62.300 clubes de base que no son profesionales. Estos clubes abren cada día sus puertas y acercan el deporte a la ciudadanía porque cuentan con la colaboración desinteresada de muchos voluntarios que, de manera altruista y con grandes dosis de ilusión y pasión por el deporte, hacen posible que miles de chicos y chicas puedan practicar su deporte favorito.
Los recursos de estos clubes suelen ser bastante modestos y las retribuciones del personal que colabora se reducen, en la mayor parte de las ocasiones, a cubrir los gastos necesarios para realizar la actividad.
El Consejo Superior de Deportes emitió el pasado 30 de julio el resultado de un estudio sobre la actividad desarrollada en los clubes y entidades deportivas sin ánimo de lucro que da cumplimiento al mandato de la disposición adicional decimosexta de la ley 14/2013.
Esta medida supone limitar la figura del voluntariado y la obligatoriedad de afiliar a la Seguridad Social, y abonar las correspondientes cotizaciones, a aquellos deportistas, entrenadores, técnicos, monitores o preparadores físicos, siempre que exista una retribución por parte del club, por mínima que sea.
Muchas voces han mostrado su decepción por la oportunidad perdida para regular un régimen especial en la Seguridad Social para los colaboradores de los clubes y entidades deportivas amateur y de base sin ánimo de lucro.
Hay que recordar que los jugadores, técnicos, utilleros y demás personal vinculados a la práctica deportiva bajo la modalidad de aficionado, provistos de sus respectivas licencias federativas, no deben suponer ningún fraude al sistema público de prestaciones de la Seguridad Social; entre otros motivos, porque disponen de su propio sistema legal de cobertura gracias al seguro obligatorio deportivo (que cubre los riesgos para la salud derivados de la práctica de la modalidad deportiva correspondiente).
En cuanto a la relación laboral hay que estar a la regulación legal aplicable, considerando los rasgos de ajenidad, voluntariedad, dirección empresarial y remuneración, que definen las relaciones laborales, según el Estatuto de los Trabajadores.
Por ejemplo, en el caso del fútbol profesional, este se rige por los acuerdos de las asociaciones deportivas de fútbol profesional y la Liga Nacional de Fútbol, así como el Convenio colectivo para el fútbol profesional, y que no rige el amateur o aficionado.
Desde la Junta de Andalucía se afirma que es una medida “con objetivos recaudatorios y para adulterar las estadísticas oficiales de empleo y de afiliaciones a la Seguridad Social”.