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La galería de las maravillas

   
Fachada del Museo Municipal de Bellas Artes, en el centro de la capital tinerfeña. | B. B.

Fachada del Museo Municipal de Bellas Artes, en el centro de la capital tinerfeña. | B. B.

NATALIA TORRES | Santa Cruz de Tenerife

El poder de la pintura. Esa es la máxima que estos días se repite entre las paredes del Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz, sometido a una recuperación integral para lucir el que será su nuevo aspecto antes de que acabe el año y con la que se pretende poner en valor no solo el magnífico contenido, para muchos desconocido, de sus fondos, sino también el continente, es decir, el propio edificio, Bien de Interés Cultural (BIC) y que, a diferencia de otros museos del Archipiélago, nació ya siendo un espacio museístico porque así lo quiso la burguesía liberal capitalina, que consideró que la ciudad necesitaba un museo y así lo construyó. El poder de la pintura se ve por tanto no sólo en los valiosos fondos sino también en el uso de la brocha y el rodillo, porque, simplemente con pintar y eliminar obstáculos, se está cambiando el aspecto de un inmueble que pretende recuperar su esplendor, no tanto para los que visitan la capital como para los propios chicharreros, “para que sean conscientes del gran valor que tiene un edificio que es parte de la historia social y cultural de la capital y que contiene unos fondos de valor incalculable”, defiende la concejal de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz, la socialista Clara Segura.

El color gris de las paredes va a ser el hilo conductor de un inmueble que afronta esta nueva etapa una vez que se ha puesto fin al convenio de colaboración que se mantenía con el Gobierno de Canarias, que ocupaba parte de las estancias del museo, tanto con oficinas como con la Sala de Arte Contemporáneo. “Queremos darle una nueva imagen, más fresca, que la gente sepa que tenemos un valor patrimonial importante”, explica Segura, quien detalla que los trabajos que se están llevando a cabo cuentan con el visto bueno del comité de expertos que se ha creado, “se trata de una comisión asesora con gente experta en museología y arte, con la que vamos a ir estableciendo qué va a contener cada planta del museo, se va a hacer una línea argumental, aún no sabemos si por cronología o por autores, pero en principio lo que pretendemos es que el público pueda ver expuestos todos los fondos en una especie de galería de las maravillas, y que se pueda constatar el valor patrimonial que contiene”.

El gerente del Organismo Autónomo de Cultura (OAC), Jerónimo Cabrera, junto al coordinador del equipo de trabajo, Gilberto González, son los encargados de supervisar el trabajo que se está haciendo y que va a permitir recuperar el museo en su totalidad para el público, planta a planta, sala a sala. Así, explica Cabrera, “lo que estamos haciendo es una intervención en el edificio que tiene un carácter museográfico, expositivo, en lo que lo principal, el criterio general que estamos usando para todo el inmueble, es recuperar el propio edificio”.

Entrada
En la primera planta seguirá estando la sala de Pedro González, que ganará en espacio y luminosidad, “este espacio estaba panelado y eso reducía el tamaño de la sala, además era un espacio aislado lumínicamente del exterior, lo que hacía que se ocultaran los valores del edificio”, detalla Cabrera. “Hemos retirado todo el panelado, recuperamos las paredes del edificio y la luz natural”, añade el gerente del OAC. Con esta intervención se gana en metros lineales de exposición y se hace más visible la existencia de la sala porque se sustituyen las puertas de entrada, que eran de madera, por otras de cristal, “de forma que el público que pase por la calle mire hacia adentro y vea directamente la sala con obra expuesta del artista”.

En esta primera planta se encuentran las dependencias administrativas del Gobierno de Canarias, que se están terminando de desalojar, un espacio para el que aún no se ha decidido su uso. “No sabemos lo que nos vamos a encontrar, aunque tenemos dos ideas claras y que son sugerencia del consejo asesor, así que por un lado estamos hablando de una sala de exposiciones temporales, y por otro, de trasladar aquí todas las dependencias administrativas del museo que están repartidas entre las otras dos plantas”, señala Cabrera.

En caso de que se opte por la sala de exposiciones temporales, “albergaría muestras que pivoten en torno al museo, ya sea con artistas concretos, una pieza o una corriente artística determinada que esté alojada en el museo”. Además, “se creará una sala de conferencias para que el museo siga siendo un tanque cultivador de la vida artística de Santa Cruz”.

Continuando con el recorrido por el edificio y de camino a la primera planta, Cabrera muestra otra de las recuperaciones, la de las ventanas que permanecían tapiadas y que ahora se restauran. “Tienen interés desde el punto de vista arquitectónico porque nos habla de un edificio enclavado en una época histórica, de la evolución de la ciudad, además de darle cierta calidad al espacio”. Aprovecha el gerente del OAC para señalar que, además, en los en los descansillos de las escaleras o pasillos de acceso a las salas, “vamos a colocar obra más representativa del museo. Lo que había antes, que era del grupo Nuestro Arte, con Maribel Nazco, Pedro González o Enrique Lite, podía llevar al visitante a tener una idea sesgada de lo que se va a encontrar en la segunda planta”.

El protagonismo de los fondos
Y se llega a la primera planta. En este espacio se ubicaba la sala de arte contemporáneo del Gobierno de Canarias, donde el principal cambio es que se la dota de dos nuevos accesos y se recuperan las puertas del edificio de La Aduana, en el museo desde hace años y que ahora se ponen en valor. Es aquí donde se quiere mostrar “la galería de las maravillas”, puesto que, “nuestra idea es convertirla en una sala de exposiciones de carácter temporal en la que se exponga todo el patrimonio del museo”. El criterio seguido, asegura Cabrera, es que “visualmente impacte la potencia de la propia colección”.

“Vamos a crear una especie de depósito transitable en el que esté depositada la obra que tiene un potencial de carácter muy importante”, destaca el gerente del OAC. A este espacio se accedería a través de grupos reducidos y visitas guiadas. “Queremos hacer una puesta en valor de los fondos porque, desgraciadamente, el auténtico papel del museo no es conocido por la mayoría de la ciudadanía, queremos que la gente vea esa exhibición de arte desde el siglo XIX hasta principios y mediados del XX, para que la ciudad diga que tenemos un Museo de Bellas Artes muy potente”. Por tanto, la primera planta contará con estas dos galerías con un poco más de iluminación. En la parte trasera de ambas salas se creará un taller de restauración que también podrán usar los investigadores.

Artistas canarios
Tras la apoteosis de la primera planta, la segunda se va a centrar en darle más protagonismo a los autores canarios. Así, de las dos galerías que posee esta planta, la de la izquierda “se va a reorganizar de forma que la obra que está en el depósito de pintores canarios la colocaremos en este espacio”, detalla Cabrera. La galería de la derecha, aunque aún no está decidido, hay muchas probabilidades de que se mantenga como está, incluso con el color rojo de sus paredes. El motivo, explica el coordinador Gilberto González, es que “esta sala en sí misma tiene un valor museístico importante”. “La selección de obras que hay aquí -continúa- realmente hablan del 98 español, de todo el proceso de regeneración de la pérdida de las colonias, no porque se esté contando aquí, sino porque es de lo que habla cada obra, del romanticismo, de qué va a pasar con Canarias; la combinación de elementos es tan políticamente incorrecta que es correcta, bien explicada es brutal, no la modificaría lo más mínimo”.

Planta 1.
Sala Pedro González. Se mantiene el espacio dedicado al pintor canario, pero se gana en metros y se abre el lugar a la luz natural procedente de las ventanas.
Oficinas del Gobierno de Canarias. En esta planta aún están las dependencias administrativas de la Viceconsejería de Cultura, y en ellas está por decidir si se colocan las oficinas del propio Museo o se crea una sala de exposiciones temporal, en la que el motivo central de las mismas esté relacionado con el museo municipal.
Planta 2.
Exposición de todos los fondos. En esta planta, casi lista ya para reabrir al público, se van a concentrar todos los fondos con los que cuenta el centro. Se pretende impactar visualmente al visitante para que tome conciencia del valor con que cuenta este museo municipal.
Depósito transitable. La obra con un potencial importante será expuesta a través de una especie de almacén transitable que tendrá un acceso restringido a través de grupos de visitantes y que contará con un guía que explicará su contenido.
Planta 3.
Pintores del Archipiélago. Los autores canarios tendrán más protagonismo en el nuevo Museo, gracias a que la segunda planta dedicará parte de su espacio a exponer la obra de los pintores de las Islas que posee entre sus fondos .
Un museo dentro de un museo. La segunda galería de esta planta es muy probable que se quede como está, dado el valor expositivo propio que contiene, incluido el color rojo de sus paredes.