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La Maja y el Ruiseñor – Por Estrella Ortega

   

El pasado martes 28 de octubre el Teatro Guimerá abrió sus puertas para acoger el concierto lírico ofrecido por la soprano valenciana Carmen Romeu acompañada por Giulio Zappa al piano, con obras de Reynaldo Hahn, concretamente L’ enamourée, A Chloris y Fêtes galantes. De Manuel de Falla, Preludios, Olas gigantes, Dios, qué solos se quedan los muertos y Ojillos negros. Las partituras de Enric Granados Goyescas: La Maja y el Ruiseñor. Con Kurt Weill se inició la segunda parte, interpretándose Complainte de la Seine, Je ne t’aime pas, Youkali. Finalizando con Gioachino Rossini, La donna del lago: Tanto affetti, Soirees musicales: L’invito, Il barbiere di Siviglia: Una voce poco fa, dentro de la serie de conciertos de música de cámara que la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Música (ATADEM) ha programado para este año.
Carmen Romeu posee un instrumento con una extensión generosa, un centro carnoso rico en armónicos y agudos casi redondos. Su flexibilidad le permite superar coloraturas casi imposibles que utiliza como herramienta artística envueltas en una enorme sensibilidad y musicalidad, además de unos fiatos difícilmente superables, todo esto unido a la capacidad actoral y el estudio en profundidad de los autores que interpreta. Es cierto que la juventud de Carmen le llevará a decantarse hacia repertorios que irá configurando según convenga a su capacidad vocal, pero estamos seguros que, dada su sobriedad y su capacidad de trabajo, darán frutos todavía más jugosos que dejarán huella.

Giulio Zappa asumió su protagonismo de forma magistral, ya que no se limitó al apoyo del cantante sino que creó la atmósfera adecuada para enriquecer y potenciar la voz, no en vano esta dedicado a la enseñanza para la alta especialización de pianistas y cantantes.

Entusiasmo, compenetración y pasión fue lo que respiramos en las versiones que ofrecieron al público, que naturalmente fue consciente y así lo mostró con sus largos y entregados aplausos.