Tras tropezar con una arqueta cayó al interior del agujero; se usó una valla para rescatarle. / SERGIO MÉNDEZ
TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife
Expresiones como “está vivo de milagro” y “qué suerte hemos tenido” se oyen desde el pasado lunes repetidas veces en todo el recinto del Puerto de Santa Cruz de Tenerife en general y entre los policías portuarios en particular. No les falta razón, porque la fortuna se alió con uno de estos agentes que se encargan de velar por la seguridad en nuestros muelles que, tras caer a una fosa rellena de agua y lodo cuando patrullaba solo, pudo pedir auxilio justo a tiempo de que su emisora dejara de funcionar por el efecto del agua.
Los hechos tuvieron lugar minutos después de las tres de la tarde del pasado lunes, cuando este agente patrullaba en solitario por la zona cercana a María Jiménez cuando tropezó con una arqueta que estaba movida, quizás por el efecto de las lluvias pasadas.
Al irse hacia delante, el trabajador cayó desde una altura de dos metros al interior de una fosa que tenía agua y lodo, sufriendo varios golpes y algún corte.
Felizmente, mantuvo la conciencia y actuó con la celeridad suficiente para de inmediato sacar su emisora, sumergida como él en aquella suerte de lodazal, y decir un par de frases alertando de lo acaecido… justo a tiempo de que el transmisor dejara de funcionar.
De inmediato, sus compañeros acudieron a la zona y usaron una valla como escalera para rescatar al afectado. Ayer, la fosa había sido vallada y señalizada.