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Una regulación para el alquiler vacacional ya – Por José Antonio Santana Rodríguez

   

Es un asunto aparentemente de menor trascendencia. El alquiler vacacional, el oscuro objeto de (mal) deseo de los hoteleros canarios, quienes quieren prohibir la actividad de raíz, como un cáncer a extirpar. El sector alojativo oficial, el motor de la actividad y del empleo en Canarias está que trina contra unos ciudadanos que alquilan un pisito a extranjeros, como se ha hecho siempre, por otra parte. Ese es el alquiler vacacional, malditos roedores para el sanedrín hotelero, que no se ha parado en barras para que el Gobierno de Canarias no sólo no regule la actividad, sino que directamente la prohíba o en su caso, la reprima, como por otra parte ocurre ahora mismo, con multas de hasta 60.000 euros en el peor de los casos.

En esas estamos. ¿Se imaginan unos ciudadanos normales, que alquilan, su casa, su piso, por días y que haya gente que se lo quiera alquilar? Es normal, ¿no? Pues eso hoy es pecado mortal para las personas que osen un alquiler por días. Es que la Ley de Arrendamientos Urbanos dice que por menos de dos meses no hay alquiler. Claro que la LAU no es aplicable al caso, dado que ha quedado obsoleta por la Directiva Bolkenstein, de liberalización de servicios, que deja que uno pueda alquilar por días, si quiere. ¿Dónde está pues el problema, la terrible inquietud que envuelve en el desasosiego a gigantes hoteleros y en el desvarío a su patronal canaria? Pues eso también quisiera saberlo yo, porque estamos, en mi opinión, ante un conflicto ridículo. Quiero mirar el sector en cifras. El alquiler vacacional atrae a 1,3 millones de personas, turistas, a Canarias, según la Consultora Magma. En cifras de 2010, las viviendas vacacionales de Canarias generaron en 2010 el 33,10% del PIB turístico, el 24% del empleo directo total creado por el sector, y el 10,2% del indirecto. Son turistas que no vienen en régimen de todo incluido, son turistas que consumen en las Islas, pagan su comida y pagan los servicios, no solo en el lugar de pernoctación, sino en los comercios, bares y restaurantes de la zona, del pueblo o de la Isla. ¿Podemos desprendernos de todos esos turistas y del empleo que genera de un plumazo? En mi opinión es una solemne locura. En otras palabras, lo que está consiguiendo el Gobierno canario, con la presión de la patronal hotelera, no regulando el alquiler vacacional es simplemente que 53.000 familias canarias queden en la alegalidad, al arbitrio de cualquiera que les pueda sancionar, como se les sanciona. ¿Por qué se les sanciona? Porque no hay regulación en el sector. ¿Por qué no la hay? Porque el Gobierno canario no quiere, dice que va a regular, como ocurre en otras comunidades autónomas, pero no lo hace.

Quiero aclarar que los 1,3 millones de turistas que quieren ir a habitaciones o a casas no son ni serán clientes de hotel. Que los establecimientos no se niegan a pagar IGIC, declaran sus ingresos en el IRPF. No, todo es mucho más sibilino. Estas viviendas son perfectamente legales y el servicio también. La cosa es que el Cabildo no les puede dotar de la hoja de reclamaciones y del libro de visitas, porque no cumplen con una legislación hecha para hoteles y es evidente que no son hoteles. Pero en fin, es un trámite a regular que no se hace y por no tener esos libros ni poder tenerlos, la multa es de 18.000 euros la primera vez y de ahí para arriba.

Vuelvo al principio. Canarias no puede perder eso, no podemos perder 1,3 millones de turistas ni por el capricho de los hoteleros ni por la impericia de un Gobierno pusilánime. No nos podemos permitir el lujo de perder un consumo en las Islas, este sí, consumo efectivo en las Islas de nada menos que 650 millones de euros, aparte del alojamiento. Todo suma más de 1.000 millones de euros. No puedo imaginar qué clase de mente puede planear suprimir una actividad completa, llevar al sufrimiento a más familias y al paro o en algunos casos desahucios o quiebras a miles de familias directamente afectadas.

Yo, desde Fecao, sumo mi firma a la de 7.200 canarios más, entre los que hay 22 hoteleros y agencias de viaje, para que de una vez, el Gobierno de Paulino Rivero regule el sector como le dice la Ley de Arrendamientos Urbanos, que haga que la convivencia entre el alquiler vacacional y el hotelero siga siendo lo que ha sido siempre. Que los hoteleros sigan acumulando récords de ocupación, nos parece muy bien, pero que también nos fijemos en otra actividad que no es menos y que suma mucho a nuestras Islas y a nuestra convivencia.

*PRESIDENTE DE LA FECAO