X
positivando >

¿Te soportas? – Por José Juan Rivero

   

Hace unos días mientras leía un artículo, me sorprendía observar que la gran mayoría de los estudios sobre la autoaceptación plantean como resultados más relevantes el que las personas en la actualidad nos valoramos poco, e invertimos muy poco tiempo en pensar sobre nosotros mismos, lo que implica que no nos reconocemos y desconocemos si nos aceptamos o no, con el riesgo de que ante cualquier problema, podemos gestionar inadecuadamente esa situación. Sin decir que uno de los elementos que genera o pronostica el bienestar o la felicidad es cómo nos aceptamos como personas. Hablar de autoaceptación implicaría respondernos a la pregunta: ¿Cómo te aceptas o te toleras? Para ello es indispensable reconocernos como somos, eso nos plantea el valorarnos como potencialmente importantes frente a los otros, lo que generará en nuestra mente el pensamiento de si somos o no dignos de recibir cariño y afecto, a pesar de nuestras imperfecciones a todo nivel, tanto físicas como emocionales. Al mismo tiempo implica un grado de valoración personal ante los demás, el ser capaces de reconocernos como hábiles y con talento, con capacidades y potencialidades, y al mismo tiempo valorar y reconocer nuestras limitaciones, no desde la frustración y el autocastigo, sino desde el crecimiento personal y el aprendizaje. Para comenzar a aceptarnos debemos de partir de la máxima: No siempre es fácil aceptar cómo somos. Todos tenemos una idea sobre nosotros mismos, y nos gusta imaginarnos como una persona ideal, con unas potencialidades y capacidades determinadas, en vez de vernos cómo somos con nuestras debilidades y dificultades. Pues comencemos, partamos de la base de que las personas no somos perfectas y que el error no existe, existe la posibilidad de aprender de las situaciones que no controlamos o que no salen bien a la primera. Es más, debemos de reconocer que parte de nuestro crecimiento personal radica en sentirnos partes de un proceso de ensayo-error, al que denominamos de diferentes maneras: madurar, aprender, cambiar… Al mismo tiempo, debemos de potenciar el pensamiento de que todos tenemos un talento, y en ocasiones varios, y que ahí somos muy buenos, pero que además somos capaces de mejorar y aprender otras cosas, por esa razón, cambia ese pensamiento de esto no es lo mio, por, lo voy a lograr, y por último, detecta tus obstáculos, tus frenos, incluso tus miedos, ya que de ellos generarás posibilidades de mejora, ya que te acerca más a la realidad y no perdemos el foco de los que hacemos. En definitiva es crecer, aprender y cambiar constantemente.

*PSICÓLOGO Y MIEMBRO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE PSICOLOGÍA POSITIVA
@jriveroperez