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Soliloquio>

23 de diciembre, fun, fun, fun… – Por Ramiro Cuende

   

En esta nueva Navidad y prospero año nuevo que se me repite desde hace 56 años, y, que, por más que choque a algunos, disfruto con la naturalidad debida en cada caso, sin disfrutar con los tan mentados desencuentros de todo tipo -familiares, maritales, duales, amigables, etcétera-, reproches, comentarios, enfados, pláticas pendientes, zambombas, rictus y un sinfín de respetables estados anímicos que tan solo revelan tribales desajustes. Las fiestas que llegan son tan carnales como otras, y lo digo sin falsos triunfalismos que diría Cortez, lo digo por lo de los empaches. Lo cierto es que no todos comen el mismo pavo, a algunos no les llega ni pa’ chope, lo suplen cenando dignidad.

Algunos lo pasan a solas con su mohoso dinero y no alegran la Natividad ni con caviar iraní y su amigo Louis Roederer el del champagne Cristal. Hay un bello libro que suplico leer a los acumuladores de la miseria creativa, agarrados y usureros, por si se ven reflejados y entienden algo. Un cuento de Navidad, escrito por Dickens en 1843, el título original es Christmas Carol (Cánticos navideños), la historia de un hombre malo y huraño, el rico Ebenezer Scrooge. El señor Scrooge no tenía amigos, vivía solo. Nada le gustaba, y menos la Navidad, para el eran paparruchas. Hacia lo mismo todos los días: caminar sobre sus pasos sin que nadie se parara a saludarlo. Durante el cuento y en unas frías navidades cambia su pobre vida tras la visita de tres fantasmas, se hizo la luz.

Cada país celebra sus fiestas como su Dios le da a entender. Nosotros lo tenemos resuelto, ya lo ha aclarado la sonriente Cospedal: “Estas navidades serán las mejores de los últimos siete años en empleo y consumo”. La secre del Pepé se apunta al optimismo del presi sobre nuestra boyante economía. Yo las cambiaba al peso por la de 2009, y más aun, “el 2015 va a ser el año de la bajada del paro, del crecimiento del empleo, y de la consolidación de la política sociales” ¿Cómo se parezcan a las que nos ha regalado su gobierno estos años? ¿Desmontan las políticas sociales y las montan ahora? Me huele fatal, no gracias. Preferimos nuestra Nochebuena por calma y humilde que sea. Lo cierto es que de lo que si podemos sentir orgullo, al margen de estos tristes políticos, es de la generosidad, solidaridad, y fortaleza ante la adversidad que tiene nuestro pueblo.

No se olvide, como escribió J.R. Jiménez, …la nieve, al pasar, blanda, deshace, y deja atrás eterna calma. Feliz Navidad.