Así funciona una mafia tinerfeña

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Una reciente sentencia dictada por la Sala Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a 15 personas a más de 132 años de cárcel, tal y como adelantó esta misma semana DIARIO DE AVISOS.

Esta decisión judicial es la culminación de un gran esfuerzo por parte de las autoridades policiales y judiciales en la guerra contra el crimen organizado. En sus 274 folios, el magistrado ponente (que es el presidente de la Audiencia y de esta Sala Segunda, Joaquín Astor Landete) describe con todo detalle cómo se articula este grupo en su afán delictivo. Junto a estas líneas figura un esquema de la organización, cuyos integrantes sólo se identifican por las iniciales al no tratarse de una sentencia firme.

Así, la organización cuenta con un jefe indiscutible a cuyo rol no le afecta ni el hecho de estar encarcelado, tal y como se puede comprobar en la sentencia. Este jefe cuenta a su vez con una serie de lugartenientes entre los que se distribuyen las distintas tareas delictivas que, por lo que respecta a los hechos enjuiciados, se traducen en la comisión de los siguientes tipos penales: delito contra la salud pública (tráfico de drogas), contemplado en los artículos 368 y 369 del Código Penal; delito contra la salud pública (tráfico de drogas), del artículo 359 del Código Penal; robo con violencia; detención ilegal y, por último, blanqueo de capitales.

En concreto, la Sala considera que algunos de los ahora condenados se habían organizado para traficar con droga de la siguiente manera: en vez de ser ellos quienes adquirían los estupefacientes en el punto de origen, se ofrecían a otras organizaciones para traerla a Europa. Eso sí, su plan era que, tanto si compraban como si vendían droga, atracar a los otros traficantes para quedarse tanto con la droga como con el dinero.

Pero hay más: gracias a las escuchas realizadas se sabe ahora que algunos integrantes de este grupo están vinculado con la muerte de un joven en San Andrés acaecida hace seis años durante las fiestas, así como en un intento de secuestro que tuvo lugar el pasado mes de marzo a plena luz del día en una calle de Santa Cruz de Tenerife y que presenció un militar que resultó agredido por los frustrados delincuentes.

A estas acciones hay que sumar las operaciones delictivas que son incluidas en la sentencia: un intento frustrado de robo a otro traficante que acudió a la cita con escolta armada, la retención ilegal y robo a otro traficante más y el robo de lo que habían abonado a sus propias colaboradoras por traer cocaína desde Sudamérica. Y todo ello en Tenerife.