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Un asunto de empresarios – Por Francisco Pomares

   

La única ventaja de hacerse viejo es que uno tiene muchas cosas que recordar. Por ejemplo, hace veinte años, con la primera reforma del REF del 72, uno recuerda que esta región se sumergió en un debate de casi tres años en el que participaron con entusiasmo los partidos políticos, los empresarios, los sindicatos, las entidades financieras (las canarias y las nacionales), las universidades, los medios de comunicación y hasta la Iglesia. En fin, que han pasado veinte años, y acaba de ser aprobada por Bruselas la reforma de los aspectos fiscales del REF, a plena satisfacción de los Gobiernos de España y de Canarias, sin que el resto del patio local se diera por aludido: la noticia no mereció cuatro columnas en portada en ninguno de los medios escritos de Canarias, no fue apertura ni en radios ni en televisiones y la he buscado en Internet: no esta en YouTube, y me la juego a que no hay un solo comentario ni en Twitter ni en Facebook. Veinte años después, y tras una campaña de divulgación del Gobierno regional sobre lo que el REF supone para los canarios (desde que uno se levanta, enciende la luz y se ducha, hasta que sube al coche y pone gasolina para ir al trabajo), los avatares del REF no le interesan absolutamente a nadie. Es sorprendente que así sea: después del Estatuto de Autonomía (que tampoco le interesa a nadie, y sobre cuya reforma no producida el Gobierno hizo hace apenas ocho añitos también otra estupenda campaña publicitaria, dicho sea de paso) el REF es sin duda la ley más importante del Archipiélago. No en balde integra la mayor parte de nuestras especificidades económicas y fiscales, recoge lo que podríamos llamar el fuero canario, y regula legalmente las razones y mecanismos del diferencial fiscal entre Canarias y el resto de España. No es que todo lo que dice el REF vaya a misa, cierto: por ejemplo, lo de la inversión media por habitante, los Gobiernos nacionales se lo llevan pasando desde siempre por el arco de triunfo, alegando que los presupuestos son leyes de rango superior. Pero el REF es la percha de la que cuelgan las ayudas de Estado, el hecho diferencial, la Zona Económica y la RIC. Aunque al final la mayoría del personal se quede sólo con la RIC, que es ese invento para que los empresarios canarios paguen menos impuestos. Y ese es quizá uno de los problemas del desafecto por una de nuestras leyes más importantes: que la gente la ve sólo como una ley que favorece a los empresarios.