Seguramente la afluencia al Heliodoro mejoraría por unas jornadas si el resultado de los partidos como local se asemejara al del enfrentamiento entre el Numancia y el Lugo que acabó con empate a seis goles. Los diarios nacionales titulan el partido como “bendita locura”, lo cual me posiciona a medias a favor y en contra de esa lectura. Que es una locura seguro. Que sea bendita habría que verlo. No se imaginen por tanto un entrenamiento hoy lleno de risas y fiestas en ambos equipos, menos aún en el visitante, que vencía por tres a seis en el minuto 79.
Lo más normal es que la lectura que hoy se haga del enfrentamiento sea catastrófica. Un equipo que encaja seis goles no puede dar nunca por válida la semana de trabajo ni en ataque ni en defensa. Alguno pensará: ¿Cómo que en ataque no vale?, ¡pues no! Si tú atacas bien y de manera continuada hasta el punto de hacer ese número de goles es muy difícil que el contrario te genere las mismas ocasiones hasta el punto contrario de igualar el encuentro.
Peor aún los gallegos, que con tres, dos o un gol de ventaja podían haber propuesto gran variedad de soluciones para llevarse los tres puntos. En el extremo opuesto a este dispendio goleador está nuestro equipo. Con Carlos echando el candado al marco isleño el resto de jugadores ha rentabilizado al máximo los dos goles obtenidos. Con ese número de goles es imposible sumar más de siete puntos en tres jornadas.
La racha es innegable, el fútbol por el cual se consigue es discutible pero ¿alguien duda que para recibir ese número de goles hay que trabajar mucho y muy duro durante la semana? El Tenerife no es la alegría de la huerta en esta categoría tan aleatoria en resultados (menos para un equipo rojiblanco de cantera que habita por el norte de España), pero seguro que tampoco da la imagen de ser una banda que, como diría el Tigre Barrios, tira las camisetas al aire y que cada uno se ponga donde le toque. La defensa es sólida y cuando se ve acompañada por un centro del campo en el que están los tres titulares indiscutibles, sólo falta Ifrán para tener medio partido ganado. No conceder y a esperar el fallo. Se me antoja excesivo sin conocer las interioridades del vestuario de Cervera el castigo a Guarrotxena. Creo que a día de hoy, con más o menos compromiso defensivo, el jugador es convocable como mínimo. En un equipo de trivote en el mediocampo seguro que las ayudas al hábil extremo pueden estar garantizadas.
Si hay dudas recomiendo los vídeos de algún equipo entrenado por un entrenador portugués del que ahora todo el mundo reniega. Sí ese mismo. Final de un año que nos dejó con la miel en los labios al no poder disputar el play-off de ascenso y que ahora nos hace pelear por otros objetivos. Seguro que Cervera y su cuerpo técnico aprovecharán las vacaciones y veremos a un conjunto reforzado que refrendará lo mejor de lo mostrado hasta ahora.