T. F. | Santa Cruz de Tenerife
La presidenta del Observatorio de Violencia de Género y vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), María de los Ángeles Carmona, incidió ayer en desmentir que “las denuncias falsas colapsen los juzgados por violencia de género”, a la par que reclamó “más medios” para evitar los retrasos en los mismos, especialmente en el caso de los juicios rápidos.
Carmona, que realizó estas declaraciones durante una conferencia celebrada en el Parlamento de Canarias, recordó que las estadísticas refrendan sus palabras y que las comunidades autónomas tienen que dedicar “más recursos económicos para aumentar la plantilla de jueces de apoyo y funcionarios” en estos juzgados.
Desde la infancia
La también vocal del CGPJ, que habla con conocimiento de causa dada su experiencia como secretaria judicial, recordó que, según los datos de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales, “hasta 13 millones de mujeres europeas han recibido maltrato”, y que la lucha contra esta lacra social debe arrancar desde la infancia. A este respecto quiso alertar igualmente sobre “el machismo en las aulas” detectado por los profesionales de la enseñanza, reclamando una “mayor transversalidad en la educación de los menores de edad. “Los niños tienen que dejar de aprender a dominar”, aseveró Carmona, para quien “la desigualdad social se encuentra en demasiadas ocasiones tras la violencia de género”.
La especialista mostró especial interés en resaltar e impacto de la violencia de género entre los niños, a los que se suele “instrumentalizar y manipular” dentro del acoso contra la mujer. Para remarcar sus palabras recordó que Unicef entiende que los pequeños que presencian episodios de violencia de género sufren secuelas psicológicas de similar corte a las producidas en caso de abusos sexuales. “Hay unos 800.000 niños que son víctimas directas, y el año pasado, por ejemplo, murieron seis en el marco de este tipo de violencia”.
Por último, Carmona no dudó en insistir en la necesidad de que la guerra contra la violencia de género es asunto de todos. “Hay que cambiar el chip”, dijo, y desmintió que la crisis haya dificultado la reacción institucional ante este tipo de casos.
Carmona ha concluido el coloquio diciendo que “una bofetada es un delito”, y a los jóvenes les ha advertido de que “los celos no son amor, son inseguridad”.