EUROPA PRESS | Santa Cruz de Tenerife
La tendencia de los polÃticos a salir constantemente en fotografÃas como parte de su estrategia de comunicación pueden convertirse en un elemento “peligroso” dado que en el futuro se les “puede recordar que han estado con determinadas personas”, según un estudio presentado en el ‘VI Congreso Internacional Latina de Comunicación Social’ que se celebra en la Universidad de La Laguna hasta este viernes.
En la ponencia ‘Tratamiento en los medios de comunicación audiovisuales (fotografÃa) del mensaje comunicativo y la imagen de los polÃticos’, la profesora de las universidades de Vigo y Oberta de Catalunya, Marta González, señaló como ejemplo reciente el caso del “pequeño Nicolás” u otros como las fotografÃas que muchos lÃderes polÃticos se tomaron con el presidente de Libia, Muamar el Gadafi.
En la actualidad, con la permanente exposición de los polÃticos a sus públicos, se aprovecha “cualquier momento para venderse y eso lo hacen a través de la imagen, por medio del lenguaje corporal, a veces más que con las palabras y la oratoria”, prosiguió.
Sin embargo, esta tendencia al protagonismo que deriva hacia la noción de “polÃticos estrella” puede generarles consecuencias negativas posteriores, particularmente con los ‘selfies’ o autorretratos con ciudadanos.
“No son realmente la mejor forma de trasmitir y comunicar una buena imagen ya que, al ser espontáneos y sin preparación, a veces pueden distorsionar la imagen de una determinada persona”, advierte González en su ponencia.
Según la autora, las fotos con personas anónimas o gente conocida pueden “encumbrar” a un polÃtico pero también pueden “dar al traste” con su trayectoria, especialmente ahora, que se vive en una campaña electoral constante, aunque realmente no sea asÃ, dado que la campaña legal dura los quince dÃas previos a la votación.
González concluye que los responsables de comunicación de los polÃticos deben de estar muy vigilantes ante las publicaciones fotográficas que aparecen en los medios de comunicación, una foto inesperada con una persona que en su dÃa fue importante y que ahora por el motivo que fuere no lo es, puede resultar “inconveniente” para el candidato.