Javier Pérez (izquierda) hace algunas décadas en una rueda de prensa. | DA
ÓSCAR HERRERA | Santa Cruz de Tenerife
En la tarde del lunes 13 de diciembre de 2004 fallecía el que ha sido, hasta ahora, presidente más relevante en la historia del CD Tenerife. Con 58 años, Javier Pérez , nacido en la localidad palmera de Barlovento, cerraba su trayectoria tras una penosa enfermedad que le arrebató la vida sin cumplir los 60 años.
Pérez hacía dos años que había dejado de ser presidente del representativo, etapa que cubrió desde julio de 1986 hasta diciembre de 2002, marcando el periplo más feliz del tinerfeñismo, con un sello reconocible de tenacidad y ambición que llevó a Javier Pérez a conseguir metas inimaginables para un club que siempre se había movido con sigilo en el fútbol español.
Bajo su mandato el CD Tenerife logró un ascenso a Segunda División, dos a Primera y dos participaciones en la Copa de la UEFA tras lograr sendos quintos puestos en la Liga. Fuera de los méritos deportivos, Javier Pérez también ideó y llevó a cabo la Ciudad Deportiva blanquiazul, aunque no pudo terminar el proyecto que tenía planificado en los terrenos de Geneto. Por otro lado, fue el presidente que convenció al entonces máximo responsable político del Cabildo de Tenerife, José Segura, para iniciar la remodelación del estadio Heliodoro Rodríguez López.
En su Isla natal también dejó huella al serle reconocido que impulsara las pretemporadas del equipo blanquiazul en las instalaciones del Hotel La Palma Romántica y sus montes adyacentes de La Laguna de Barlovento, una cita que se sigue manteniendo en la actualidad.
Quienes trabajaron junto a él en construir el mejor Tenerife de la historia subrayan su capacidad de trabajo e imaginación para pelear por edificar un CD Tenerife protagonista en el fútbol español. Su empecinamiento llevó al club insular a ir subiendo peldaños en el escalafón de notoriedad y hazañas en la competición española, sabiendo siempre rodearse de personas preparadas para las diferentes áeras de la entidad tinerfeña.
Además consiguió traer al CD Tenerife a algunos de los mejores entrenadores nacionales y extranjeros. Técnicos como Vicente Miera, Xabier Azcargorta, Jorge Valdano, Vicente Cantatore, Víctor Fernández, Artur Jorge, Juup Heynckes, Rafa Benítez o Javier Clemente desfilaron con mayor o menor éxito por el banquillo del Heliodoro, aunque en esa lista no pudo nunca estar el más deseado de todos: Luis Aragonés dijo no al CD Tenerife en julio de 1989, tras el ascenso a Primera ese verano en aquella memorable promoción ante el Real Betis.
El sabio de Hortaleza tuvo varios encuentros en Madrid con Pérez y Santiago LLorente, recién contratado como gerente deportivo, otra de las personas clave en el desarrollo del club a nivel deportivo a principios de los años 90. Se había llegado a un acuerdo económico para que Aragonés fuera entrenador blanquiazul después de haber pasado por los banquillos de Atlético de Madrid, FC Barcelona y Betis, pero finalmente dudas de índoles familiar echaron para atrás al que años más tarde llevaría a la Selección nacional a conquistar la Eurocopa de 2008.
Javier Pérez tuvo luces y sombras a lo largo de su mandato, sobre todo en los últimos años a raíz del descenso a Segunda División en 1999, que contribuyó al declive económico de una institución que quiso alcanzar cotas más altas y acabó siendo víctima de un endeudamiento insostenible y con la carga pesada de la Segunda División, algo que tampoco se pudo relanzar de nuevo tras volver a conquistar la máxima categoría del fútbol español apenas dos años después, en 2001.
Pero antes de llegar al cierre de su etapa al frente del CD Tenerife, Pérez también fue reconocido por liderar a nivel nacional diferentes proclamas que revolucionaron los cimientos del balompié nacional. Junto a su inseparable amigo y homólogo en el Deportivo, Augusto César Lendoiro, Javier Pérez tuvo enconados enfrentamientos con los dirigentes de la Liga de Fútbol Profesional y la Real Federación Española de Fútbol, que ni siquiera su amigo Juan Padrón pudo frenar. Pérez también clamó contra el Comité Nacional de Árbitros y su presidente, Sánchez Arminio, teniendo agrias disputas con el colectivo arbitral siendo muy sonado su calificativo de comemierdas a los colegiados y recordada la ocasión en la que Iturralde González lo expulsó del vestuario arbitral al acabar un partido en el Heliodoro frente al Deportivo.
Javier Pérez protagonizó acalorados debates en el prime time de la radio deportiva española. José María García y José Ramón de la Morena, en el apogeo de su enemistad profesional y personal, se disputaban muchas noches la presencia del presidente blanquiazul, que mantuvo disputas dialécticas muy calientes con presidentes como Ramón Mendoza, Jesús Gil, José María Caneda, Lorenzo Sanz o Manuel Ruiz de Lopera.
Aquel momento el CD Tenerife tenía en su presidente un portavoz que enorgullecía a los seguidores blanquiazules en la defensa a ultranza que Pérez hacía de su club y de diversas causas en beneficio del mismo y del resto de modestos del fútbol español.
En los 17 años de Javier Pérez como presidente del club, especialmente dos directivos estuvieron siempre a su lado, desde los primeros tiempos de la Alternativa Azul y Blanca hasta la incorporación de Víctor Pérez Ascanio: Eugenio Ibáñez y Juan Amador. Contribuyeron ambos al realce del club en muchos cometidos, sobre todo referentes a los socios, accionistas, peñas y promoción de la entidad. Para alcanzar la travesía de la Copa de la UEFA, trabajaron en todos los frentes. Precisamente coincidiendo con el partido del Auxerre, el estreno continental, se sumó José Antonio Pérez León, el jefe de prensa y relaciones externas. Fue otra persona clave en el funcionamiento de la entidad en esos años de éxitos y conquistas.
En 2002, cuando pugnaba por revalidar la presidencia del club que luego acabaría cediendo en favor de Víctor Pérez Ascanio y Quico Cabrera, Javier Pérez sumó a su plancha a nombres como Miguel Concepción, Tomás Pacheco, Máximo Bacallado o Vicente Álvarez Gil, con el ánimo de volver a recuperar el crédito que, producto del desgaste y del paso de los años, había ido perdiendo entre la masa social del CD Tenerife.
Una década después de su pérdida, el tinerfeñismo reclama ahora un reconocimiento público hacia la figura del dirigente más influyente que ha tenido la entidad. Un homenaje que desde el club nunca se ha tenido la voluntad de impulsar y que ha tenido que ser producto de un grupo de entusiastas blanquiazules los que arrastren a la entidad y a las instituciones a hacer justicia y ponderar al hombre que transformó el pulso débil de una afición acostumbrada a la precariedad futbolística, por el latido indomable de un sentimiento emergente que cambió la historia del CD Tenerife.
Josefina Castañeda (viuda de Javier Pérez): “Supo rodearse de las personas más adecuadas en todo momento”
“Cuando Javier me contó que quería ser presidente del CD Tenerife, le dije que si estaba loco, que qué necesidad de una cosa así”. De esta manera se expresa la mujer que le acompañó durante toda su vida, Josefina Castañeda, quien 10 años después de perder a su marido asegura que Javier Pérez sigue día a día muy presente en la memoria y en el recuerdo de su familia. “Muchas veces hablamos en la familia y nos preguntamos cómo hubiese actuado Javier”, explica Castañeda. De la personalidad de Javier Pérez, su viuda destaca la de contagiar a quienes le rodeaban “positivismo y optimismo”. En cuanto a sus virtudes que le llevaron a conseguir grandes logros como presidente, Josefina Castañeda destaca el “haber sabido rodearse de las personas más adecuadas en todo momento”, lo que ayudó a “todos esos éxitos que ahora todo el mundo reconoce”.
Augusto César Lendoiro (expresidente del Deportivo de La Coruña): “Lideró la rebelión de clubes modestos desde el punto de vista legislativo”
Si hay un personaje en el fútbol español con el que congenió muy bien Javier Pérez, ese fue Augusto César Leondoiro. El que fuera presidente del Deportivo relató que Pérez era “muy cercano e inteligente”, y explicó que ambos veían el fútbol “de manera parecida”. Lendoiro recuerda que él y Javier Pérez defendieron posiciones conjuntas en la LFP y que ahora “algunos se ponen la medalla” de cuestiones importantes que cambiaron el fútbol español. Para Lendoiro, Javier Pérez consiguió que el CD Tenerife “marcara la pauta no solo en España, sino en Europa”, con un fútbol “muy brillante y atractivo”, pero también lideró la “rebelión” de clubes más modestos como Tenerife y Dépor, “desde el punto de vista legislativo, social o la defensa de la antiviolencia”, evoca el dirigente gallego. “Le echamos mucho de menos”, sentencia Lendoiro.