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Un libro oportuno – Por Leopoldo Fernández

   

Hace unos días, en el Real Casino de Tenerife, tuve el placer de presentar -al alimón con su editor, mi colega y amigo Paco Pomares- un libro de Juan Julio Fernández, arquitecto y antiguo miembro del PPC y de UCD, formaciones políticas a cuya fundación contribuyó y en las que ocupó importantes cargos de responsabilidad entre 1973 y 1982. El ejemplar, que se lee de corrido, como una buena novela, es Lo que puedo contar… y ha sido publicado por Ediciones Idea dentro de su colección La quinta columna. El volumen recopila hechos y vivencias de la etapa probablemente más fructífera de la Transición, de la que el autor se queda con el espíritu y la voluntad de concordia e integración que trajo consigo, en Canarias como en Madrid, donde Juan Julio ejerció como diputado nacional. El escritor sigue la recomendación de Julián Marías, quien creía que la historia es mejor que la cuenten quienes pueden saber de ella, y aunque no aporta revelaciones sorprendentes sí matiza y enriquece acontecimientos destacados del tardofranquismo, el nacimiento de la preautonomía y la autonomía en Canarias (incluido el Pacto de Medinaceli sobre el reparto del poder regional), así como las tensiones del pleito insular, los primeros procesos electorales de la democracia y la asonada del 23-F, entre otros asuntos. Treintaitantos años después de conservar las correspondientes anotaciones, el narrador efectúa una contribución rigurosa, ecuánime y ponderada, con testimonios de primera mano, al esclarecimiento de algunos puntos oscuros del pasado reciente, aunque se guarda algunas cosas, posiblemente con el propósito de contarlas más adelante. Juan Julio no fue un político profesional, sino un liberal comprometido con su tiempo que se sintió llamado al servicio público y a él se entregó con la voluntad de contribuir a la superación de la dictadura y la modernización del país y su integración en la Europa democrática. Con una honradez a prueba de bomba, un reconocido rigor intelectual, un estilo sencillo y directo y referencias que prueban su gran equipaje cultural, Juan Julio se muestra muy preocupado por la educación y formación de nuestros jóvenes y clama por una clase política incorruptible y bien preparada y por una nueva Transición con imprescindible voluntad de consenso.