Seguimos, como en anterior ocasión, con el afán que nos vimos en el deseo de acertar a resolver y ayudar en mediación a la pareja, procurando entender si alguna razón de peso justificara por eso el deseo de separación del hombre y su paciente mujer que le parecÃa espantoso, separarse por problemas de convivencia, que existÃa obligación de mantenerse unidos en la enfermedad y en la salud y obedecer en la verdad, e igual en la pobreza que en la riqueza, ellos y sus hijos amados y muy queridos, eran felices. El amor sentido aún creció; raro que quisiera separarse; y ella le era leal, con cariño, con ternura; no le desearÃa un mal, y no podÃa vivir sin él. Asà termina Josefa. Y asà comenzó Flavio. Yo disfruté tu hermosura, tu cariño y amor siempre sincero, tampoco yo te he sido desleal; y mis hijos queridos por suerte los tuvimos con amor. Pero no pienses mal, por quererme separar; es que no quiero pensar que alguien me presente a un hombre a ocupar mi puesto, como ya ocurrió otra vez. Y me dijeron de todo. Y me dirijo a los dos, y digo: se presentan estos civilizados y educados convivientes, exponéis sentimientos muy claros, aunque alguno hable de separación; me parecéis personas entendidas; como pensáis siempre es prudente utilizar un lenguaje sencillo, como hacerse entender.
Se explica rápido Flavio. ¿Quieres decir lo que piensas? Me pregunta. Te contesto. No me permitiera dudar o interpretar, pues nada de lo que se diga tendrá fin personal; emplear la franqueza y claridad, para que nuestras palabras transporten ideas precisas y hechos concretos. Nunca entraré a averiguar, ni pensar cómo haceros ver lo que me parezca mal o bien. Mi mensaje es ayudar con facilidad a que digáis, con palabras llanas los verdaderos deseos, y, si es posible, no penséis pedir ni en dar; ni negociar, ni buscar o trasladar algo no usual, impropio o inadecuado entre vosotros, y en lo posible que no me veáis como estorbo, o testigo inadecuado. Estáis en el momento ahora de deciros cosas favorables, echarle todo el valor, toda la sinceridad. Si en algo os frenáis, hacedlo suavemente, pero tampoco os escondáis; si hay escollos, procede superarlos, pero que no impidan caminar. No venÃs a conquistaros ni a ceder en vuestros gustos y deseos, sólo a entenderos mejor. Josefa. Sà he entendido a Flavio, como ha querido comentar, que cuando estamos en casa y llega un primo de nuestro hijo dice que va a jugar con nuestro pequeño que no entiende lo que quiere el otro, pues siempre le dice cosas y no sabe lo que es.
Por cierto, te querÃa preguntar qué dÃas podremos vernos y a qué horas. ¿PodrÃa ser los lunes durante seis o siete semanas a las 11, una hora? Bien, 6. SÃ, dijeron ambos, es lo que recordamos de la sesión anterior. Recordad que ésta es la sesión constitutiva, que debemos firmar conformes en mi designación como mediador único, nuestra identificación, el objeto que es acordar separación o no, la duración previendo prórroga, que esto es voluntario, que cualquiera puede desistir, y los principios que ya comentamos. Y añaden. Nuestro consentimiento y recordamos sobre el coste que también se hará constar y que pagaremos en su totalidad, en cualquiera de las sesiones, cuando lo indiques, con absoluto respeto a la confidencialidad y admitimos tu imparcialidad y neutralidad, y todo lo demás.
*Abogado. Experto en mediación