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CC y el PSOE presionan para que se modifique ya la ley turística

   
El portavoz del Grupo Nacionalista, José Miguel Barragán, conversa con Paulino Rivero. | SERGIO MÉNDEZ

El portavoz del Grupo Nacionalista, José Miguel Barragán, conversa con Paulino Rivero. | SERGIO MÉNDEZ

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

La táctica del Ejecutivo de Canarias va en dirección contraria a la estrategia de los grupos que lo sustentan en el Parlamento. En estos escasos meses que quedan de la octava legislatura y con las elecciones locales y autonómicas a la vuelta de la esquina, la tensión interna gana protagonismo. Se refleja, sin ir más lejos, en los matices sobre la ley de renovación turística: CC y el PSOE están presionando a Paulino Rivero para que, sin más dilaciones, se avenga a una revisión de la norma promulgada en mayo de 2013, de manera que sus votantes de Gran Canaria no se tomen unas vacaciones indefinidas.

Como el tiempo es oro, nacionalistas y socialistas se han empeñado en dar un giro que permita la construcción de hoteles de cuatro estrellas, una demanda que es un clamor en la mencionada isla y así ha quedado de manifiesto en varias mociones del Cabildo que preside José Miguel Bravo de Laguna. “Están tardando”, proclamó ayer con la mirada clavada en el reloj.

En ese desvelo, CC y el PSOE pretenden que el Consejo de Gobierno apruebe esta semana un borrador del proyecto de modificación y que el Consultivo avale una reducción de los plazos de la tramitación. La cuestión se trató, al parecer, en la reciente reunión del Comité Permanente de Coalición. Las conclusiones se trasladaron al PSOE con la idea de coordinar la actuación de los socios. De inmediato, el portavoz socialista, Manuel Fajardo, invocó una proposición no de ley de septiembre de 2013 en la que se instaba al Gobierno regional a “seguir apostando por un modelo turístico basado en la renovación e incentivación, como forma de preservar la fragilidad del territorio y haciendo de Gran Canaria un destino turístico sostenible y competitivo”. En el último punto se abría la puerta a las “adaptaciones precisas para la más eficaz renovación y potenciación de la actividad turística”. En esa “inequívoca voluntad” insiste el PSOE, “con independencia de las aspiraciones de otros partidos o los candidatos”.

El diputado del PP Miguel Jorge salió al paso para reprochar la “complicidad” con el veto de Paulino Rivero a la edificación de hoteles de cuatro estrellas, “un castigo en toda regla al turismo y al empleo en el sector de la construcción en Gran Canaria”. Eso sí, el PP da “la bienvenida al PSOE y a CC a la cordura”. Ha extendido una alfombra en forma de PNL.

Nueva Canarias tampoco arroja la toalla. En una demostración de que se moja, Román Rodríguez registró el día 7 dos iniciativas. Aparte de la comparecencia ante el pleno del consejero de Obras Públicas, Transportes y Política Territorial, Domingo Berriel, formulará esta pregunta oral al presidente Rivero: “¿Piensa modificar la Ley de Renovación y Modernización Turística en esta legislatura para autorizar la construcción de hoteles de cuatro estrellas en Gran Canaria en el marco del mantenimiento de limitaciones cuantitativas y sin consumir más suelo?”.
El controvertido artículo 4.2 está recurrido por la Abogacía del Estado ante el Tribunal Constitucional, que en junio de 2014 retiró la suspensión cautelar. Así que “se podrá levantar hoteles y apartamentos de cinco estrellas no vinculados a la rehabilitación”, por lo que continúan adelante “los programas de modernización”. Y la polémica.