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Dos mujeres, un sueño – Por Fermín Bocos

   

Dos mujeres ocupan estos días el centro del retablo de la vida política nacional. Vienen unidas en el pliego de la actualidad por una misma palabra: “elecciones”. Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía podría convocarlas; Esperanza Aguirre, ex presidenta de Madrid, aspira a participar en las que ya están convocadas para el próximo 24 de mayo. Más allá de la distancia que marca la ideología de las dos se dice que han acariciado o acarician el mismo sueño: ser presidentas del Gobierno de España. El de Susana Díaz tiene presente; el de Esperanza Aguirre, está más en el pasado. Aguirre aspira a ser la candidata popular al Ayuntamiento de la capital.

Tiene posibilidades de serlo en la medida en la que las encuestas la favorecen pero tiene en contra su escasa, por no decir mala, relación con Mariano Rajoy. Si, al final, se impone el pragmatismo, la veremos de candidata intentando volver al Ayuntamiento en el que hace años inició su carrera política, en la que a punto estuvo de disputar a Rajoy la presidencia del PP en ocasión del tormentoso y ya olvidado congreso de Valencia. Fue entonces cuando quizá se truncó para siempre su sueño de llegar a ser la “Margaret Thatcher española”. En el caso de Susana Díaz su sueño tiene horizonte. El poder andaluz es mucho poder en el conjunto de España y, desde luego, en el seno del PSOE. Tanto como para haber recreado a su alrededor una cohorte expectante ante un posible batacazo del partido en las municipales, que pasaría factura a Pedro Sánchez, pese a no ser candidato en las elecciones de mayo. Aunque en el peor de los escenarios Sánchez tendría derecho a nuevas oportunidades -las tuvieron Felipe, Aznar o el propio Rajoy- en este momento hay muchos nervios en el PSOE. Y también es mucha la gente que ve peligrar su modus vivendi. En ese escenario, sería realista el sueño presidencial que se le atribuye a Díaz. El futuro es largo.