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El Heliodoro no aguantó más y pidió dimisiones

   
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Fotos F. P.

O. H. | Santa Cruz de Tenerife

Antes del partido el ambiente se notaba frío y a la vez tenso. Lluvia, frío y poco público en los exteriores del Heliodoro presagiaban una noche borrascosa en el estadio y no precisamente por el factor meteorológico. El público asistente (6.650 aficionados) afrontó el inicio del choque con expectativas de ver una mejoría de su equipo y con ánimos desde la grada. Todos menos los que se ubican habitualmente en el fondo sur del estadio, en la Grada Popular baja. Allí, el Frente Blanquiazul desplegó al comienzo del encuentro una pancarta alusiva al secretario técnico blanquiazul con un mensaje directo y claro sobre la errática política de fichajes de Alfonso Serrano: “Serrano, no te enteras. Menos tranques y más cantera”, rezaba la frase en cuestión en un ataque frontal a los refuerzos fallidos que han llegado esta temporada, algunos ya fuera del club.

Minutos más tarde le tocó el turno al entrenador. Eso se desprende del otro mensaje que apareció de la misma manera y con otra crítica, esta vez al fútbol del equipo isleño: “El que no arriesga no gana”, decía el texto de esa otra pancarta en el mismo sector. Sin miembros del veterano grupo de animación en sus butacas en un primer momento, un sector del estadio aplaudió ambas misivas.

En la segunda parte, a poco más de 10 minutos del final del partido y con el Tenerife acercándose a su segunda derrota en casa de la temporada, el público presente se dejó llevar por su enfado y desencanto y empezó a corear cánticos pidiendo la dimisión, primero, de Miguel Concepción, para luego apuntar en la misma línea sobre el secretario técnico y el entrenador del CD Tenerife. Un ambiente crispado y de gritos hacia el palco y el banquillo que ya no abandonaron el eco en el estadio hasta la conclusión con derrota del cuadro local. Una afición que empieza e exigir medidas en el apartado deportivo pidiendo el cese del preparador blanquiazul, y que no perdona a Miguel Concepción la penosa imagen de su club mientras se sigue preguntando aquello de que cuándo llegará lo mejor que estaba por venir.