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Un Papa bocazas – Carmelo J. Pérez

   

Un sobresalto esperado es lo que experimenté estos días oyendo comentarios sobre algunas declaraciones del Papa en su viaje por Asia. Y, sobre todo, reflexionando sobre algunos silencios.

Que alguien quiera desprestigiar a un Papa no es algo nuevo. Millones de hombres y mujeres profetas, considerados perroflautas en su momento, se han jugado el tipo por hablar claro. Y han perdido la vida por ello.

Hoy, como ayer, lo realmente perturbador han sido los silencios. Los de dentro y los de fuera de la Iglesia. Me refiero, por ejemplo, a quienes han callado cuando el Papa habló de paternidad responsable. Aquello de “no tener hijos como conejos”, frase ilustrativa que pasará a la historia, aunque sea sólo una anécdota.

Porque, en realidad, Francisco recordó a todos los matrimonios cristianos que han de ser generosos a la hora de alumbrar vida. Generosos y responsables. Que lo de tener hijos no es una competición puesta de moda por unos cuantos para ver quién llega más lejos.

Oye, pues nada. Aquellos que nos tenían acostumbrados a comentar hasta el más mínimo eructo devocional de un Papa no han abierto la boca. Públicamente, no. Algunos, por lo bajini, han envenenado la verdad de las cosas acusando a Bergoglio de ir contra la tradición de la Iglesia y contra la santa costumbre de parir con desafuero. Sólo les ha faltado llamarle bocazas (o no). Desconocen que la doctrina no empezó cuando ellos surgieron como grupo, hace unas cuantas décadas, y que la riquísima experiencia de la Iglesia en esta materia es la que recordó el Papa con palabras asilvestradas, aptas para todos los públicos.

Tampoco he oído decir nada a los ecologistas a sueldo sobre un comentario rotundo: todo el que contribuye a destruir la naturaleza “traiciona” a Dios. “Estamos llamados a hacer de la Tierra un bello jardín para la familia humana. Cuando destruimos nuestros bosques, devastamos nuestro suelo y contaminamos nuestros mares traicionamos esta noble llamada”. Oye, pues tampoco. Silencio ecologista, ¿orquestado?

Algo parecido debe haberles pasado a algunas feministas, incluidas esas que enseñan las tetas cada vez que quieren defender lo femenino. “Las mujeres tienen mucho que decirnos”, pero la sociedad machista no les deja espacio, aseguró Francisco. Pues silencio de nuevo: oye, que lo mismo las feministas profesionales exigen tener un determinado carné para que a uno le valoren.

Dios ha regalado a su Iglesia en las últimas décadas unos Papas que son profetas y testigos ejemplares, redactores de la Historia con sus palabras y sus hechos. Hechos como el de abrazar a una niña que se rompe y reconocer ante el mundo que desconoce el porqué de tanto sufrimiento, pero que sí sabe llorar con ella. Como Dios: ahora sabemos que Dios también llora.

Lo sabemos porque tenemos un Papa valiente, un hombre de fe que nos recuerda aquellas cosas que de verdad importan, las que nunca debimos olvidar y que tanto necesita el mundo.

@karmelojph