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PGO anulados y proyectos inacabados

   
Vista del municipio de Arafo. / DA

Vista del municipio de Arafo. / DA

NORBERTO CHIJEB | Candelaria

El año nuevo, a la espera de lo que pueda acontecer en las elecciones municipales del 24 de mayo de 2015, trae consigo una batería de incógnitas para los tres municipios del Valle de Güímar y su vecino El Rosario. La principal interrogante, sin duda, tiene que ver con sus respectivos planes generales de ordenación y sobre algunos proyectos que se han quedado en eso, en meros proyectos.

Sin duda, el mayor handicap durante este año, precisamente el último del longevo mandato de Macario Benítez en la Alcaldía, lo tendrá El Rosario, que tiene que hacer frente de inmediato a la redacción de otro Plan General tras ser anulado el anterior por sentencia firme del Tribunal Supremo, a raíz de la denuncia de un vecino de Machado, hijo de un exconcejal socialista. Una sentencia que marcará el devenir de El Rosario en los próximos años y que deja sin respuesta a una corporación que pide explicaciones a la Cotmac y al Cabildo, cuando éstos no le advirtieron de las ilegalidades que sí han observado los tribunales de Justicia.

Pero si El Rosario está ahora atado de pies y manos, no menos lo está, al menos por el momento, Arafo, que ha devuelto al Gobierno de Canarias el PGO que le encargó porque, en el período de exposición pública, más de trescientas alegaciones le hicieron ver al alcalde, Juan José Lemes, que era mejor pararlo que enfrentarse a sus vecinos. “El PGO no puede ser un documento de conflicto ni un instrumento injusto”, afirma el regidor municipal, que recordaba hace unos meses que “en el convenio firmado en septiembre de 2010 con el Gobierno de Canarias se establecía que el Ayuntamiento emitiría su parecer sobre la ordenación propuesta, y eso es lo que hemos hecho”. Mientras tanto, Arafo sigue sumido en un “desorden” del que debe salir en breve para poder seguir amortizando la enorme deuda que la gestión de 30 años de Domingo Calzadilla dejó en el Consistorio.

Aunque Candelaria tiene su PGO aprobado desde 2006, no son pocas las voces que claman por una revisión, una postura de la que tampoco está muy alejado el actual grupo de gobierno, que no vería con malos ojos variar el suelo urbanizable por rústico, tal y como le piden vecinos que ven comprometida su economía a la hora de hacer frente al pago del IBI. Pero en Candelaria lo que preocupa es que aquellos grandes proyectos de la playa de Punta Larga (segunda y definitiva fase) o la remodelación de la plaza de la Patrona se hayan quedado muy rezagados, aunque sean competencia del Gobierno central y el Cabildo, respectivamente. Pero es que otros proyectos, como el Centro Tecnológico de Candelaria (CTCAN), que ya están terminados, andan parados no se sabe bien por qué. Es la parálisis que ha perseguido a Candelaria en este último mandato de José Gumersindo García.

Aunque para proyectos irrealizables los que ha propuesto hasta ahora Carmen Luisa Castro, la alcaldesa de Güímar, que les vendió a sus vecinos un parque de atracciones, una central geotérmica y una industria de biodiesel a desarrollar en los hoyos que dejaron como recuerdo las canteras de áridos. Sin embargo, Castro, no desespera e igual nos sorprende en breve con otro proyecto ilusionante, aunque mejor fuera que nos sorprendiera con otro proyecto realizable.