Estamos en la senda de la recuperación… Lo dice desde el mismÃsimo Rajoy hasta cualquier presidente autonómico, de Cabildo o de Diputación que se precie. ¡Cuidado con eso! Y es que oiga, los datos macroeconómicos son los datos macroeconómicos. A saber: el PIB patrio avanza cual falange macedonia en el Gránico, con cinco trimestres creciendo y se espera que lo haga este 2015 por encima de la eurozona (FMI y OCDE dixit); la tasa de desempleo ha disminuido unos puntitos porcentuales (el paro ha bajado en el último diciembre en 253.627 personas, pero estamos en 4,4 millones de desempleados, ejem, ejem); vienen más turistas y se dejan más perras; las exportaciones de mercancÃas suben (hablan del 0,9% interanual en los ocho primeros meses del año dejado atrás); el Ibex 35 (se) está dando alegrÃas; crece la inversión extranjera (se estima en un 8,5% respecto a 2013); se compran más coches (las ventas alcanzaron un alza del 26,2%, al menos hasta el mes de septiembre).
Y ojo, incluso hasta la temida prima de riesgo ha bajado (o sea, que parece que ya no tiene tanto riesgo como creÃamos, con lo que nos asustó la jodÃa): el viernes 2 de enero cayó hasta guarismos inferiores a los 100 puntos, lo que no sucedÃa desde mayo de 2010. Las cifras son las cifras, pero háblale tú de recuperación a Tomás y Lucrecia, parados de 50 años (él) y 45 (ella), que no encuentran trabajo desde que comenzó esta maldita crisis, con dos carreras él y una ella en la buchaca y tres churumbeles que criar. O a Conchi, una madre soltera de 43 años, con una pequeña que sacar adelante y que malvive con lo que tiene, puede o le dejan. O a Juan Pedro, ahora un treintañero, que a los 19 le pegó un tiro a los estudios y se fue al Sur a darle a la pala y a la espátula, de lunes a viernes, ganando casi 300.000 pesetas al mes, y que cuando estalló la burbuja inmobiliaria se dio cuenta de que el dinero que llegaba fácil estaba bien, pero que con formación especÃfica ahora no tendrÃa que ir llevando currÃculums todos los dÃas por las calles de la Isla. Bienvenida sea la recuperación y los datos macroeconómicos favorables (hasta hay algunos polÃticos palmeros -por dar palmas- celebrándolo), aunque, como siempre, seguiré el ejemplo del pragmático Santo Tomás de Aquino: hasta que no lo vea…