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Repsol tocará fondo el lunes 12 y el día 20 concluirá su primer sondeo

   
El buque de posicionamiento dinámico Rowan Renaissance, en una imagen de archivo. / DA

El buque de posicionamiento dinámico Rowan Renaissance, en una imagen de archivo. / DA

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

A pesar de que el precio del barril sigue abaratándose a un ritmo frenético y cuando el debate sobre las prospecciones en busca de petróleo y gas se ha enfriado ligeramente, Repsol continúa con sus planes en aguas cercanas a las islas de Lanzarote y Fuerteventura. Las novedades reportadas ayer por la multinacional indican que, previsiblemente, el instrumental del operativo exploratorio instalado en el buque de posicionamiento dinámico Rowan Renaissance tocará fondo el próximo lunes, día 12, y que el primer sondeo (Sandía) de los dos previstos concluirá una semana después, el martes 20.

“Se sigue avanzando”, recalcaron a este periódico fuentes de la compañía que preside Antonio Brufau. “Ya se ha alcanzado una profundidad de 1.800 metros, a poco del objetivo final de los 1.920”. Una vez sellado el pozo

-“con el cumplimiento de los más estrictos protocolos de seguridad”-, los técnicos de la compañía energética calculan que en la tercera semana del presente mes habrá terminado la fase inicial del proyecto. Luego se tomarán un tiempo para analizar las muestras, cuya recogida se está “intensificando”, y a finales de enero o comienzos de febrero se conocerá el resultado. Si es positivo desde el punto de vista geológico se hará efectiva la segunda autorización concedida por el Ministerio de Industria (Chirimoya, hasta los 3.100 metros). La tercera (Zanahoria) ha sido descartada de momento por motivos logísticos. “Todo se desarrolla más o menos según lo previsto”, resaltan, “y no se ha detectado ninguna anomalía”. En el ojo del huracán de la tormenta política, los trabajos arrancaron el 18 de noviembre a 54 kilómetros de Fuerteventura y 62 de Lanzarote. Tras meses de preparativos, “el proceso se puso en marcha bajo parámetros de fiabilidad y riesgo nulo de vertido”. No fue un estreno sin ruido mediático. El fin de semana precedente, una activista de Greenpeace incorporó su nombre al parte de heridos, como consecuencia de un incidente, de versiones contradictorias, entre la flotilla de los ecologistas y una embarcación de la Armada. En la batalla judicial, el Tribunal Superior desestimó la suspensión reclamada por el Gobierno regional, que se agarró a la tabla de salvación de un voto particular.

Se reaviva la polémica sobre los científicos

La polémica no cesa. Ahora, el senador Narvay Quintero (CC-AHI) dispara una batería de iniciativas para denunciar lo que califica de “veto unilateral impuesto por la multinacional Repsol a la embarcación contratada por un comité científico integrado por expertos de las dos universidades [públicas] de Canarias”. Según su razonamiento, Repsol “impidió acercarse a menos de dos millas de la zona donde está llevando a cabo las prospecciones frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura”.

El portavoz habitual de la sociedad mercantil, Marcos Fraga, no sale de su asombro. “En su día ya lo desmentimos”, enfatiza en declaraciones al DIARIO. “Han pasado las vacaciones y no saben qué hacer para salir en los titulares”. “Es absolutamente falso”, insiste. “Repsol carece de autoridad para entorpecer cualquier actividad fuera del área de exclusión del tráfico marítimo, que es de una milla náutica. E incluso dentro de ese espacio tampoco nos compete establecer las debidas medidas de protección”.