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DESDE LA ÓPTICA>

Sin plan B – Por Javier Rabanal

   

Si a alguno le ha dado por leer esta columna más de una semana, cosa que espero, se habrá dado cuenta de que intento ser objetivo y que no soy para nada un detractor de Cervera. Creo que su trabajo no es peor que el de otros técnicos que vinieron a la isla con mucho más nombre, e incluso lo posiciono en sus labores por encima de otros cuyo único mérito era hablar como un perfecto peninsular.

El equipo está evidentemente más encaminado a defender que a atacar y manteniéndose replegado encuentra los espacios a la contra de los que generar a través de Suso todo lo destacable en un encuentro.

El planteamiento funciona casi siempre en el Heliodoro, ya que salvo en el derbi y poco más, los rivales no suelen adelantarse en el marcador. El empate es una situación cómoda para el equipo y si el contrario se deja un solo gol puede valer para derrotar a conjuntos más limitados como el Racing de Santander.

Incluso hace un par de semanas estuvimos cerca de derrotar al invencible Sporting de Gijón y eso no es poco. El problema lo hayamos al alejarnos de la isla. Fuera de casa la idea es la misma y eso te da puntos como el obtenido en Alcorcón ya que, si no hay agresión deportiva, hay reparto de puntos.

Pero cuando el rival se adelanta o domina el juego hasta proyectar la sensación de que antes o después el gol va a caer, el equipo permanece inmóvil en sus ideas.

No va a ser este limitado entrenador de regionales el que le busque una solución al problema, pero desde el sillón de casa de mis suegros se me ocurre la temeraria idea de pasar a jugar un sistema con dos puntas sustituyendo a uno de los pivotes por un jugador rápido que se pueda beneficiar de las grandes tomas de decisiones de Ifrán.

No se tiren de los pelos los que me conocen si ya hablamos de mantener el trivote en el medio, una línea de cuatro atrás con laterales que se incorporen a la siguiente línea y tres jugadores en vanguardia. No me he vuelto loco.

Con lo que había sobre el terreno de juego de Heliópolis, a lo mejor no hubiera sido descabellado tras encajar el 2-1 y con el tiempo acercándose al final poner a Victor en la izquierda con Suso en la derecha y el omnipresente goleador en el centro manteniendo a los tres del medio (no hablo de sustituir o no) mientras estuviste con 11.
Lo sé, son soluciones sencillas propias de un entrenador sencillo, pero seguramente no soy el único en la isla que piensa que los partidos no siempre son favorables y que, te guste o no, debes tener y entrenar un plan B.