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Soliloquio >

Y vuelta que dale… – Por Ramiro Cuende

   

Esto está cambiando vertiginosamente, no nos estamos enterando, o no queremos. Los imperios una vez más se desmoronan, la historia se repite. ¿Dónde quedó Mongolia? Están siendo unos días dolorosos -ruines, crueles, absurdos, falsos, cínicos…-, de nuevo punzantes, y de eso la España que he vivido sabe tela; no porque todos los días muera un sinfín de famélica infancia dejada a su suerte, no porque todos los días mueran miles de transparentes e innominadas personas en esas odiosas guerras pensando que lo hacen en nombre de sus dioses, sin darse cuenta que lo hacen en nombre de los dineros de los zánganos del mundo, no porque un tercio de la población mundial las está pasando más canutas que Caín, no porque la Europa heredera de las socialdemocracias nórdicas esté siendo exterminada por la avaricia de unos desalmados, no porque una jartada de impresentables dirijan nuestras esquilmas existencias sin tener ni idea de cómo, no porque esto siga lleno de sórdidos fascistas de izquierdas de derechas de arriba o de abajo…

¡No! Escribo y escucho el Preludio y Muerte de Isolda, de Wagner, me calma. Inés no me olvido de Haití. Lo sucedido es que unos idos asesinos a sueldo en nombre de su fe de erratas le han dado gusto al cuerpo y a sus líderes, de la mano de la violencia y con la misma puesta en el gatillo de su kaláshnikov, o cuchillo campero, y, una vez más han vuelto a asesinar a gente de bien, y, a la libertad que nos hemos dado y a la que no obligamos. Ha faltado poco para que las catervas de uno y otro bando desenfunden su idiotez y la barbarie. ¡Qué se cierren ya las fronteras, Schengen al cadalso…! Gritaban unos. ¡Qué no pinten más a Mahoma aunque luzca bello! Gritan otros. ¡Qué la detengan es una mentirosa… me ha robado la calma y no me ha dejado na’! Trasnochados. ¡Fuera los guasapes! Estatales cibernautas. ¡Locos! No voy a terminar sin referirme a las palabras de Roque Rodríguez, capellán del HUC, y con relación al deplorable estado de su servicio de Urgencias: “Sé que son los políticos, los que tienen que resolver este problema, pero ellos bien sentados en sus poltronas, buscarán y pondrán como malos de la película a aquellos que hacen lo posible e imposible para que esto salga adelante. Tengan vergüenza, señores políticos, dejen de engañarnos y de prometer lo que no van a hacer o no saben hacer”. Ojalá hubiera más personas sin miedo como Roque. Con lo complicado que es vivir, mira que hay gentuza dispuesta a complicarlo. ¡Vivamos!