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Agné: “Hay mucho margen de mejora”

   
El técnico aragonés dio muchas indicaciones. / SERGIO MÉNDEZ

El técnico aragonés dio muchas indicaciones. / SERGIO MÉNDEZ

ÓSCAR HERRERA | Santa Cruz de Tenerife

No pudo empezar con buen pie la etapa de Raúl Agné en el banquillo del CD Tenerife. Una nueva derrota en casa acompañó al entrenador aragonés en su debut en el Heliodoro; un resultado que intentó explicar el nuevo míster local posteriormente en la sala de prensa. “Me hubiera gustado que fuera más positivo; si no ganar, al menos no perder”, señaló el preparador blanquiazul sobre la manera de arrancar su estadía en el representativo insular. “He visto cosas buenas y otras no tanto”, continuó, para ensalzar que lo mejor de la tarde fue “el esfuerzo de los chicos”, pero también aclaró que “hay mucho margen de mejora”. algo que pudo comprobar “en primera persona”.

En su análisis del encuentro, Agné dijo que su equipo “había jugado con fuego” en la primera parte, al haber propiciado “un partido de ida y vuelta”. Ya en los segundos 45 minutos, vio que a sus jugadores les costaba “elegir bien” la finalización de las jugadas. En ese segundo tiempo, el entrenador tinerfeñista entiende que “la ambición ha sido la misma”, pero sí cree que “hubo más equilibrio”. Todo ello teniendo en cuenta que el Tenerife tuvo delante al equipo “que mejor se despliega” a juicio de Raúl Agné. Por eso, destacó que tras el descanso, “la intención ha sido la misma”, aunque admitió que el equipo “comete errores técnicos e individuales”. A partir de ahí significó que el Tenerife debe “armarse más” como conjunto, “cuando no puede empujar hacia adelante”. En el plano físico, Agné estima que el equipo “se ha desplegado bien”, aunque puntualizó que otra cosa es “si ha corrido mejor o peor”. Sobre las carencias y virtudes del conjunto blanquiazul, especificó el técnico que la intención de “ser más verticales” o de “meter balones entre líneas”, se ha plasmado tal y como era la idea, “llegar rápido a campo contrario”, pero advierte de que en el apartado defensivo, el Tenerife “se debe armar un poco más”. Agné no quiso decir cuándo se va a notar su sello sobre el equipo, y se limitó a contestar que ya solo pensaba en el próximo duelo con el Mirandés.

“Partido a partido”, concretó el entrenador local, pensando que “el equipo irá a más”, pero con las urgencias de que la escuadra canaria “necesita puntos”. Sobre el cambio de Aitor, saliendo del partido, Agné piensa que Vitolo solo “estaba sosteniendo al equipo”, puesto que estaba haciendo “un partido excepcional”. Por último, acerca de la reclamación de penalti en el área visitante, apuntó que no va “a valorarla” y que son “acciones puntuales”.

El técnico aragonés dio muchas indicaciones. / SERGIO MÉNDEZ

El técnico aragonés dio muchas indicaciones. / SERGIO MÉNDEZ

El efecto Agné tampoco se vio en la grada

De nuevo se desplegaron pancartas de protesta desde un sector de la afición local. / SERGIO MÉNDEZ

De nuevo se desplegaron pancartas de protesta desde un sector de la afición local. / SERGIO MÉNDEZ

02

Sería la lluvia y el frío, o que la tarde se prestaba más para acomodarse en el sofá al calor de un chocolate caliente, pero se esperaba mucha más presencia de público en el primer partido del CD Tenerife tras la marcha del vituperado Álvaro Cervera y con el estreno en el banquillo del Heliodoro Rodríguez López de Raúl Agné. El entusiasmo que durante la semana previa se había trasmitido desde diferentes sectores del tinerfeñismo pasó a ser una proclama de boquilla de los que suelen agarrarse a las excusas: ¡Es que no veas cómo llovía!, apuntaban esos seguidores que decían que muerto el perro se acabó la rabia, y sin Cervera el Heliodoro iba a ser la versión futbolera de Disneylandia.

Ahora es que mientras siga Miguel Concepción, nada cambiará, y que por eso muchos esperan al relevo en la presidencia para regresar a su butaca del Rodríguez López; y mientras tanto el club se desangra pidiendo un aliento que no llega porque hace frío y llueve. No sabemos qué pensaría Raúl Agné, quien estuvo poco gesticulante en el banquillo, pero se pasó los 96 minutos de juego por fuera de su cómodo sillón e intentó guiar a sus jugadores a un mejor resultado que tampoco se dio.

El nuevo míster estuvo activo pero sin estridencias, y buscó, con la materia prima que tiene, exprimir una naranja que da menos zumo del que parece por fuera. Y así, entre esperanza y desazón se fue muriendo un partido que volvió a tener un mensaje reivindicativo desde un sector de la afición local. Con Cervera ya ejecutado se pide más. Esa facción del tinerfeñismo no se conforma con el sacrificio hecho hacia el anterior técnico y exige la marcha del constructor de la plantilla y del encargado de obra. Con sutil ironía, nuevas pancartas asomaron en un estadio que se está acostumbrando a entradas de público nimias y enfados continuos del personal hacia la patronal.

Agné no tuvo efecto ni dentro ni fuera del campo; y Vitolo envió un mensaje al final del partido tan animoso como necesario: “No dejaremos que este equipo caiga en el pozo”. Palabra de profesional comprometido.