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Ciguatera: el riesgo que llega por el océano

   

Imagen de archivo de un magnífico ejemplar de medregal capturado en aguas de Canarias. / DA

Imagen de archivo de un magnífico ejemplar de medregal capturado en aguas de Canarias. / DA

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Hasta hace apenas unos años eran muy pocos los canarios que conocían qué era la ciguatera, y esa información provenía de los tradicionales lazos de nuestra provincia con los países caribeños. Pero ya en 2008 DIARIO DE AVISOS daba cuenta de que esta intoxicación alimentaria no bacteriana causada por pescado, la de mayor incidencia que se registra en el mundo, había llegado a las Islas, presumiblemente a cuenta de los efectos del cambio climático.

La ciguatera se produce por culpa de una microalga tóxica que provoca ciguatoxinas y maitotoxinas, se contrae al consumir un pescado que se haya alimentado con la microalga. La toxina se acumula a lo largo de la cadena trófica y son los peces carnívoros de mayor tamaño los que presentan mayores concentraciones.

Nada agradable
Hay que tener en cuenta que, si bien no es mortal, tampoco es precisamente agradable intoxicarse con la ciguatera. Para que se hagan una idea, los dos síntomas inconfundibles son la inversión de la sensación térmica (sentir frío al tocar objetos calientes y calor al tocar objetos fríos) y el otro es un hormigueo en los labios y la lengua. Por supuesto también están otros síntomas como un fuerte dolor abdominal, diarrea, vómitos, fatiga, etc., pero la presencia de unos o de otros depende más de cada caso.

El problema para evitar que la ciguatera llegue a los humanos radica en que, como la toxina no afecta a los peces, a simple vista no se puede determinar si está o no contaminado, por lo que es necesario analizarlos primero. Tengan en cuenta además que la ciguatoxina resiste perfectamente tanto la cocción como la congelación.

Ya desde un primer momento el Gobierno de Canarias, a través de su Dirección General de Salud Pública, se puso manos a la obra y ordenó la realización de dichos análisis, pero el descontrol existente en la pesca deportiva se ha traducido en que sigan detectándose casos.

Ahora, Sanidad ha actualizado su protocolo de actuación para fijar de forma obligatoria los peces que deben ser analizados obligatoriamente antes de su consumo por el hombre. Y en el nuevo listado destacan especies muy apreciadas sobre la mesa de los canarios, como son los meros o los medregales, pero también los petos o los abades.

Así, a partir de ahora hay que analizar antes de consumir los medregales de 15 kilos o más, los petos de 35 kilos o más, los abades de 12 kilos o más, los pejerrey de 12 kilos o más, los meros de 20 kilos o más, los picudos de 270 kilos o más y los peces espada de 270 kilos o más.

Tome sus medidas para evitar que un plato de buen pescado acabe con usted en el hospital y recuerde que los pescados de la relación anterior deberán estar, en los puestos de primera venta, debidamente acompañados de una nota que advierta del resultado negativo por ciguatera.