Cinco apuntes nada insignificantes – Por Miguel Tejera

Mucha gente, sobre todo dentro del PSOE, ha criticado que Pedro Sánchez haya firmado el pacto antiterrorista con Rajoy. Pero un servidor le apoya. Es lo único sensato que ha hecho el bisoño secretario general de los socialistas desde que fue elegido para el cargo. Reconozco que la frontera entre libertades públicas y seguridad es muy frágil. Y que a algún gobierno se le puede ocurrir la mala idea de aprovechar los cambios legales para, ya que el Pisuerga pasa por Valladolid, tratar de robarnos derechos de los que no podemos renegar en lo más mínimo. Es decir: tendremos que estar vigilantes para que no nos amordacen los cancerberos, pero es evidente que, sin seguridad, no existirían las libertades. Ninguna de ellas. Por tanto, quienes critican a Sánchez por firmar un pacto que va a suponer una importante reforma del Código Penal, que permitirá enchironar de por vida, aunque de forma revisable, a los desalmados que imponen su terror, no llevan la razón. Y si no están de acuerdo conmigo, pues que se pongan en la piel del pobre piloto jordano quemado vivo por los yihadistas del Estado Islámico y lo entenderán. Este país ya sufrió demasiado con ETA. Especialmente cuando dieron el tiro de gracia anunciado a Miguel Ángel Blanco, el desgraciado concejal del PP de Ermua, cuyo único pecado consistió en que le gustaba tocar el tambor. Prisión permanente revisable para los hijos de mala madre, sí. Como los desalmados de Boko Haram, que van violando y matando a mujeres y niñas por ahí. Y libertades, también. Celebro que Sánchez firmara. Es una cuestión de estado que nos afecta a todos.

2) Los capitostes de la Unión Europea alaban el crecimiento económico de España y apuntan que es aún mayor que el de Alemania. Lógico: estamos en año electoral y a la democracia cristiana europea y a sus partidos afines les interesa poner por las nubes al PP y a Rajoy. Pero tales alabanzas no se corresponden con la realidad. España crece, sí, pero sólo una parte de ella: la de las grandes empresas multinacionales radicadas en nuestro país; la de las grandes empresas españolas (a parte de las cuales hemos salvado de la crisis los ciudadanos, por ejemplo, los bancos). Y crecen, asimismo, las fortunas de los multimillonarios y las de otros que se han convertido en multimillonarios gracias a la corrupción. A las pequeñas y medianas empresas y a los trabajadores, que nos den. Seguimos igual. Puedo que no peor, pero no estamos mejor. Pregunten a los parados, a los mal pagados, a los autónomos, a los explotados por contratos temporales…

3) Un comité de expertos contratados por el Gobierno de Rajoy dice que el incremento de la siniestralidad en las carreteras se debe a un parque móvil envejecido y al abaratamiento del precio del crudo. Los expertos, a quienes nadie conoce, se olvidaron mencionar a la ministra de Fomento y no han explicado nada sobre el mal estado de las vías, los puntos negros del viario español, las curvas peligrosas, los peraltes asesinos, los baches, la pésima señalización. Como siempre, los expertos de los gobiernos son los buenos. Y los ciudadanos, que les pagamos, los malos. ¡Lo que hay que ver!
4) El temporal de nieve que ha azotado la Península bloqueó las carreteras. Siguiendo la lógica gubernamental, la culpa la tiene la meteorología. En Alemania, que dicen que crece menos que nosotros, la nieve nunca bloquea una autopista. Aquí las hacemos con papel de fumar.

5) Reconocer el mérito de Pedro Sánchez al firmar el pacto contra el terrorismo no significa que le arroje flores. Se la va a pegar. Se va a estallar como una pita, es decir, como el Pasok griego. Al tiempo. ¿Y por qué se la va a pegar? Porque le ha dado la espalda a los trabajadores, a los jóvenes y a la clase media. Su mismísima razón de ser. Pasar de ser un partido de gobierno, en los tiempos de Felipe González, a tercera fuerza parlamentaria, después del PP y de Podemos, representa, en sí mismo, una catástrofe con todas las de la ley. Ya dije, en reciente comentario, que los socialistas se convertirán en el cordero degollado de los próximos encuentros electorales. Ellos mismos han reunido la leña y ya han calentado el horno. En demasía…