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Soliloquio>

Entre principios y finales – Por Ramiro Cuende

   

El año viene dado, hasta 2016 no saldremos de esta gincana electoral, que se celebrará bajo una carpa circense con cuatro pistas en las que veremos maravillosear a los distinguidos por las escuderías partidistas y partidos políticos para competir por un sueldo y un banco, las tarjetas están siendo algo más vigiladas en sus queridas circunscripciones. Prepárese para ver y escuchar todo tipo de fanfarrias, conciertos de bajos y solistas bien desafinados, y de maniobras orquestales de talla planetaria. Ya estamos en ello, quedan seis semanas para que voten los andaluces. El pasado fin de semana pasearon casi todos por Al Ándalus sur, había que oírlos.

La cosa electoral viene como sigue, por orden de aparición; el pesoe lo tiene crudo, entre otras cosas porque Sánchez ha elegido una pareja de dobles que acaba con él sí o sí. Hernando sufre de “ansias de poder”, adicto a la cámara, Le gusta ser el jefe. Hace algún tiempo escribí sobre Pedro, que tenía que irse a pensar a Bután, lo sigo pensando, por lo de las termitas de la casa. Le toca al pepé, que lo tiene igual de crudo por lo que parece ser han robado algunos de sus correligionarios y que tienen que reponer, también por la gestión de la otra que se ha llevado por delante al común de los mortales. A Mariano y los suyos los veo poco, ahora más por lo de los puestitos que sortean y el poder que los derrite. A este le pasa como a Pedro, también tiene a su Hernando, este no le mueve la silla al jefe, este es un fantasma de la opera con la ceja subida y que rompe más que arregla. Supongo que está ahí para calmar a los faes. He aquí una escueta semblanza del bipartito.

Ahora viene lo bueno y lo nuevo, este país se transforma y se abre al mundo con órdenes de recién creación. Salvo iu, que existía y se llevó por delante a Llamazares vive su propia y auto destructiva esquizofrenia, se desgaja por días, primero rajó Cayo, luego se fueron los del pecé de Madrid, eligieron a Garzón y a Tania que se va para montar su particular apé, una rara orden de acción popular.

Ahora la crema. Upeydé de la mano de Díez vive sumido en el desconcierto total, eran los electos para la gloria, hoy sobreviven presos por sus cuitas, y friccionados entre los ciudadanos de Rivera y los populistas no se sabe de Iglesias, que no me gustan y desconfío por motivos ajenos a mi voluntad, a pesar de que todos conspiran contra ellos.

Si no hay principios en política, habrá finales. Por favor, lea, las ideas pasean por los libros.