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“La falta de varón no es un problema médico”, dijo Ana Mato

   

Mato, exministra de Sanidad. / DA

Mato, exministra de Sanidad. / DA

J. L. C. | Santa Cruz de Tenerife

Tras la polémica suscitada por su primera propuesta, que establecía que solo las parejas heterosexuales infértiles podían acceder a estos tratamientos, el Ministerio de Sanidad que entonces dirigía Ana Mato eliminó toda referencia a estas uniones. La modificación del texto -que ahora solo habla de “personas”- resulta, sin embargo, puramente anecdótica. La exigencia de ser estéril supone, en la práctica, un veto a toda mujer sin problemas de esterilidad biológicos, pero que no pueda concebir porque carezca de pareja masculina. El texto de Sanidad sigue sin definir aún qué considera infertilidad, aunque la exministra Ana Mato dio una pista importante cuando aseguró que, para determinarla, se seguirán únicamente criterios médicos. “Y no creo que la falta de varón sea un problema médico”, apuntó públicamente tras una reunión del Consejo Interterritorial. “La financiación pública debe ser para la curación”, incidió la exministra.

La indefinición de la norma ha provocado que desde que entrara en vigor en noviembre pasado, cada comunidad -e incluso cada centro hospitalario- actúe según su interpretación del decreto de 2006, que indica que toda persona tendrá acceso a la prestación financiada si hay problemas de esterilidad o una “indicación clínicamente establecida”. Una ambigüedad que abre algunas puertas, muy pocas, a parejas de lesbianas y mujeres solteras.