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San Rafael se atrinchera ante los okupas

   

Los propietarios han tapiado algunos accesos de entrada al complejo. / NORCHI San Rafael es privado y la Policía no puede actuar en su interior. / N.C. La urbanización San Rafael se construyó en los años setenta en el centro de Playa de las Américas. / NORCHI
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La urbanización San Rafael se construyó en los años setenta en el centro de Playa de las Américas. / NORCHI
NORBERTO CHIJEB | Arona

Un incendio intencionado hace unas semanas puso de actualidad de nuevo la situación de inseguridad que se vive en la urbanización San Rafael, en el centro de Playa de las Américas, en la concurrida zona de Verónicas.

La urbanización de un centenar de apartamentos, construida en la década de los setenta, soporta desde hace unos años la presencia de okupas en estudios-vivienda que se encuentran en venta o se desconocen sus propietarios, porque se presume, según afirma el concejal de Seguridad de Arona, Manuel Reverón, que algunos de ellos, mayoritariamente extranjeros, hayan fallecido.

De los 97 propietarios censados en esta urbanización privada actualmente están residiendo unos 40, que desde hace dos años han denunciado ante la Justicia la ocupación ilegal de varios apartamentos e incluso de moradores en locales comerciales abandonados, como un conocido night club.

A la espera de que la Justicia actúe contra los llamados okupas, los propietarios han exigido al Ayuntamiento mayores medidas de seguridad, algo que ha incrementado en las últimas semanas con presencia de efectivos de la Policía Nacional y la Policía Local.

Según comenta Manuel Reverón, “cada semana nos reunimos con los cuerpos de seguridad para estudiar las actuaciones a realizar, pero en el interior de la urbanización no podemos actuar porque se trata de una propiedad privada, por lo que le hemos pedido a los propietarios que contraten a seguridad privada, algo que han hecho”.

Junto a esa vigilancia, los propietarios e inquilinos residentes en San Rafael han procedido a tapiar siete de las ocho puertas del complejo, instalar grandes rejas y colocar alambradas en los muros para evitar que se sigan introduciendo personas ajenas a la propiedad, aunque los actuales okupas siguen campando a sus anchas, según manifiesta un trabajador del cercano hotel Gala, que por miedo a represalias no quiso desvelar su identidad y que comenta que “lo mejor es que derriben la urbanización”. Reverón reconoce que el lugar, justo enfrente a Verónicas, la zona de copas por excelencia de Playa de las Américas, es conflictivo, pero “no podemos decir que la inseguridad o la prostitución tenga que ver con el fenómeno okupa”.

Lo cierto es que la imagen de San Rafael, un complejo con amplios jardines y edificios con aires mediterráneos, está tan dañada que los carteles de Se vende abundan en los ventanales, con precios que en otro tiempo serían irrisorios, en torno a los 70.000 euros.

La presencia visible de los okupas, de todas las nacionalidades, ha supuesto que muchos propietarios e inquilinos hayan abandonado el lugar en los dos últimos años y algo similar pasa en la urbanización Chayofita, en Costa del Silencio, según reconoce Manuel Reverón, que ya ha advertido de que “allí tenemos un serio problema con el agua y la luz, al igual que en algunos lugares de Ten Bel”, afirmó.