ÓSCAR HERRERA | Santa Cruz de Tenerife
El CD Tenerife ha entrado en caída libre y no sabe como frenar. No gana desde el pasado 20 de diciembre, cuando en la fecha 18 del campeonato derrotó por la mínima al Sabadell (1-0), sumando ya seis jornadas sin conocer el sabor del triunfo. Además en los últimos ocho encuentros únicamente ha logrado seis de los 24 puntos en liza y ha perdido la seguridad que venía mostrando en los partidos que jugaba en el Heliodoro Rodríguez López, donde solo había perdido una vez (0-1 con el Recreativo el 11 de octubre), y ya ha caído otras dos veces con Ponferradina y Girona también por cero a uno.
Todo esto llega en el ecuador de la temporada, que se superó hace tres semanas, y con un inicio de la segunda vuelta que empeora el del comienzo de Liga, teniendo el cuadro insular un punto menos que tras la jornada tres, cuando había perdido con el Girona y la Ponferradina como ahora, pero logró un punto con el Albacete en el Heliodoro que le ha llevado a no saber ganar en lo que llevamos de 2015, con dos empates y cuatro derrotas en este aciago, de momento, inicio de año.
Los 24 puntos que tiene el equipo de Raúl Agné en la tabla de Segunda, iguala además la puntuación que ostentaba el representativo a estas alturas de la calamitosa temporada 10-11, cuando aquel Tenerife, que todavía entrenaba Antonio Tapia, sumaba también 24 puntos, merced a cinco victorias, nueve empates y 10 derrotas. El actual Tenerife lleva ahora un triunfo más (seis), tres empates menos (seis), y dos derrotas más (12), lo que le hace haber perdido el 50% de los encuentros que ha disputado.
En aquella ocasión, el CD Tenerife solo pudo ganar cuatro partidos más desde la jornada 24 hasta la 42, lo que lo condenó irremediablemente hacia el descenso y la pérdida del fútbol profesional. El club tinerfeño finalizó la catastrófica temporada 10-11 con 38 puntos, en el puesto 20 y a 11 de la permanencia, que aquella campaña se situó en los 49 puntos del Nástic de Tarragona. En esta tesitura, Raúl Agné se encuentra un panorama arduo para trabajar en las próximas fechas, máxime cuando el exigente calendario que se pone por delante se puede convertir en una trampa peligrosa para un Tenerife débil de moral.
La escuadra chicharrera visita el próximo sábado el estadio de Anduva, campo difícil pero no infranqueable. Allí en su feudo, el CD Mirandés ha sacado 18 puntos (dos menos que el Tenerife como local), habiendo ganado cinco choques, con tres empates y tres derrotas.
En la jornada siguiente, uno de los favoritos al ascenso como es el Real Valladolid visitará el Heliodoro, un partido duro para los blanquiazules justo una semana antes del derbi canario, que abrirá el mes de marzo para el CD Tenerife en el estadio de Gran Canaria.
La situación gravosa del cuadro blanquiazul se está viendo reflejada del mismo modo en los registros más detallados, como puede ser el número de goles realizados, una anomalía también reveladora en comparativa con el ejercicio 10-11. Los 19 tantos materializados hasta esta jornada por los de Agné marcan la segunda cifra más baja de la Liga Adelante, y suponen seis dianas menos que aquella infausta temporada, donde se habían marcado 25 después de 24 fechas. En cuanto al número de goles recibidos, la cifra actual es sensiblemente mejor que entonces. 29 goles recibidos en el presente y 38 hace cuatro años. Unos datos que reflejan el terreno peligroso en el que está inmerso el CD Tenerife, que como decía su entrenador tras la derrota con el Girona, urge sumar un triunfo “para cambiar la dinámica”, tal y como reafirmaba ayer el portero Dani Hernández con la sensación de que se está a tiempo de evitar un descalabro como hace cuatro años.